DEL PÁNICO A LA INDIFERENCIA. LOS SENTIMIENTOS ANTE LA PANDEMIA DE COVID-19

El miedo se puede definir como la sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario. Ante la presencia de un peligro real, el miedo le da la posibilidad al sujeto de ponerse a salvo.

Por su parte, el pánico se define como la sensación de miedo y ansiedad intensa que se presenta en los seres humanos ante una situación eventual de peligro. El pánico puede dejar como secuela que la persona sufra de ataques de pánico caracterizados por la sensación de que algo malo va a suceder.

La sensación de pánico inicia de manera espontánea y puede llegar a su punto máximo al cabo de 10 – 20 minutos aunque hay síntomas que pueden continuar por una hora. Algunos de ellos  son la sensación de ansiedad, taquicardia, sensación de asfixia, mareo, náuseas, sudoración, escalofríos, miedo de perder el control, entre otros.

Sin embargo, el miedo desmesurado o pánico puede llegar a paralizar a la persona o llevarlo a presentar reacciones impulsivas que lo pongan en riesgo de un peligro mayor al que le genero el miedo.

Pero ante el peligro real de la presencia del COVID- 19, ¿cómo se puede reaccionar, con miedo o con pánico?

En la actualidad, debido a la tecnología el fluir de la información nos permite conocer los hechos casi en el momento en que suceden pero este avance tecnológico también dio paso a toda tipo de información que no es verídica y que sólo contribuye a generar el pánico entre las personas.

El pánico hace que no se reflexione sobre lo que está sucediendo, que se haga caso de rumores y de información falsa, que se tomen decisiones impulsivas y sobre todo, perder la calma y como consecuencia, que la angustia lo invada y no le permita a la persona tomas decisiones asertivas. 

Ante el pánico, la mente de algunas personas puede recurrir a generar  defensas como la negación, en donde la persona transforma o niega la realidad. Un ejemplo es cuando dicen no creer en la veracidad de la presencia del virus y como consecuencia, a no seguir las medidas preventivas y a actuar como si nada estuviera sucediendo.

Ante el peligro real de la presencia de una pandemia por conavid-19, es natural sentir miedo pero que no nos paralice, que el miedo nos lleve a buscar información veraz, tomar acciones que nos pongan a salvo, buscar actividades productivas por realizar mientras permanece el confinamiento en el hogar, y sobre todo, aceptar que es natural sentir miedo pero no permitir que nos rebase.

Ni sentir pánico ni mostrarnos indiferentes, si no estar claros que hay una pandemia que nos amenaza y sentir el miedo natural que nos permitirá ponernos a salvo.