El domingo 26 de junio habrá elecciones generales en España. Por tal motivo, este lunes se realizó un polémico debate “a cuatro”; el único encuentro de candidatos en la campaña presidencial.
A pesar de que muchos españoles calificaron el debate de plano y aburrido, la audiencia fue de 10 millones de personas.
Como sabe, los candidatos de la contienda son: Mariano Rajoy del Partido Popular, Pedro Sánchez del PSOE; Albert Rivera de Ciudadanos, y Pablo Iglesias de Podemos.
Dicen los especialistas que no hubo ganador. Eso sí, los temas más comentados fueron corrupción, terrorismo, economía y política.
Como suele ocurrir en los debates entre políticos mexicanos, los ataques personales estuvieron a la orden del día.
Mariano Rajoy –presidente de gobierno en funciones–, se apoyó de “post-its” amarillos para destacar sus ideas y presumir su experiencia política. Según los expertos, Rajoy dejó ver que carece de aliados políticos y sobra decir que fue el candidato más golpeado.
Pablo Iglesias, aspirante de Unidos Podemos, se presentó como siempre hace: con una imagen desaliñada que busca atraer los votos de socialistas descontentos. Los expertos no saben si Iglesias se presentó como socialdemócrata o como una especie de dios.
A su vez, Pedro Sánchez fue duro con Mariano Rajoy. El abanderado del PSOE ejó ver que no existen condiciones para un acercamiento entre ambos. A lo largo del debate, tanto Sánchez como Rajoy exhibieron su desprecio.
Finalmente, Albert Rivera se presentó como una alternativa frente a Rajoy. El abanderado de Ciudadano advirtió que el actual presidente “no tiene autoridad moral”. Asimismo, Rivera acusó a Pablo Iglesias de recibir financiamiento por parte del gobierno de Venezuela.
Cabe señalar que como ocurre en todos los debates políticos, los candidatos se pronunciaron por mejorar los sistemas de salud, de educación, la economía, la democracia, y un largo etcétera.
Y como también ocurre en todos los debates, al final del encuentro, todos se declararon ganadores.
