Cunde el miedo, ¿nadie está a salvo?

Luego que en días pasados ocurrió una masacre en un bar gay de Orlando, Florida –donde murieron 50 personas, incluido el atacante–, este jueves, un hombre abrió fuego en contra de los asistentes a un cine de Viernheim, Alemania.

Este hecho –en las cercanías de Frankfurt– dejó al menos 25 heridos por gas lacrimógeno –no por heridas de bala–; los gases se liberaron cuando la policía anuló al pistolero. Al momento del ataque, en el cine había 40 personas acorraladas por el atacante.

Evidentemente, los hechos de Orlando avivaron el miedo y el odio. En este momento, muchos se dicen temerosos después de enterarse de los ataques que ocurren a lo largo y ancho del mundo. Pareciera que nadie está a salvo cuando “desquiciados, terroristas y delincuentes” van por la calle cargados de resentimientos y balas.Atentados en escuelas, ataques a museos, matanzas en iglesias, agravios en centros de esparcimiento, y un largo etcétera. Atrás de las agresiones existen argumentos de raza, género, orientación sexual, religión y lo que se le ocurre. Pareciera que cualquier cosa es motivo para despertar la intolerancia y el encono de terceros.

Basta recordar los ataques a las Torres Gemelas, los atentados en París, los actos perpetrados por el Estado Islámico, los secuestros de estudiantes por parte de Boko Haram e incluso en nuestro país, el ataque perpretado por un empleado de la Secretaría de Salud, quien usó un arma punzo cortante para agredir a sus compañeros de trabajo.

La realidad es que –en buena medida, gracias a las redes sociales–, estas tragedias se han vuelto comunes, por momentos, pareciera que algunos ya no se conmueven; que incluso estamos acostumbrados al dolor y a la muerte.

Hoy día se sabe, por ejemplo, de menores entrenados para protegerse de estos ataques; de maestras que enseñan a sus alumnos de preescolar a tirarse al piso si hay una balacera o de madres que enseñan a sus hijos a esconderse en caso de que haya un atacante.

¿Qué resulta cuando se juntan el miedo, la indiferencia y la violencia? ¿qué queda cuando el pánico es la divisa común, cuando la intolerancia aflora y cuando la reacción mayoritaria es de indolencia? ¿queda algo?