Conforme pasa el tiempo más personas se contagian y mueren por el COVID-19; sin embargo, parece que eso no le importa al presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, quien ha sido criticado no tomar las medidas pertinentes ante la pandemia.
Hasta el momento en la isla no se ha restringido la entrada de personas de zonas afectadas por el coronavirus, no ha cerrado sus fronteras y ni siquiera han suspendido las clases.
“Mis hijos no van más a la escuela hasta nuevo aviso”, expresó el artista cubano Reynier Leyva Novo en su cuenta de Facebook.
Cuba ya registra cinco casos de coronavirus —uno de ellos grave—. No obstante, las agencias estatales siguen invitando a turistas a refugiarse en la playas de aquel país, pues, según ellos, las altas temperaturas caribeñas prohíben que dicho mal se propague.
Tal ha sido las desidia de las autoridades cubanas que permitieron el desembarco del crucero británico ‘MS Braemar’, que estaba navegando, desde finales de febrero, en aguas del Caribe después de que ningún país le permitió encallar, ya que registró cinco casos de COVID-19 y varias decenas de pasajeros en cuarentena.
“¿Con tantos países que hacen parte de la mancomunidad de Gran Bretaña en el Caribe por qué tenía que venir el crucero con gente enferma a Cuba? El gobierno nada más piensa en su negocio de vender medicinas y hacerse los buenos ante el mundo. No piensa en los cubanos”, expresó la ciudadana Dianelys Cause, quien vive en Mariel, lugar donde desembaracarán los viajeros infectados.
Resulta lamentable que las autoridades de salud cubanas no tomen en serio esta enfermedad, que ya contabilizó más de siete mil muertes en todo el mundo, así como 184 mil contagios.
Con información de El Nuevo Herald
