La tarde del lunes, la secretaría de Gobernación confirmó el hallazgo de los restos de dos de los cinco jóvenes desaparecidos de Tierra Blanca.
Como seguramente recuerda, un grupo de cinco jóvenes que regresaban de vacacionar en las playas de Veracruz fue levantado y entregado al crimen organizado por policías estatales de Veracruz.
De acuerdo con la Segob, las evidencias óseas se encontraron en un rancho de Tlalixcoyán, Veracruz. Este lugar ya había sido vinculado con actividades del crimen organizado.
Sobre la versión de la Segob, los familiares de los desaparecidos aseguran que no se trata de los restos de los jóvenes y afirman que, según les dijeron, en el lugar habría restos de otras “40, 50 o cien personas”.
Por cierto, apenas ayer, los familiares de los cinco desaparecidos bloquearon el Paseo de la Reforma, horas antes de reunirse con funcionarios de la PGR y el CISEN.
Por otro lado, la Fiscalía de Puebla confirmó el hallazgo del cuerpo de la reportera Anabel Flores Salazar, quien fue secuestrada por un comando armado la madrugada del lunes.
A Flores Salazar la vinculan con actividades criminales. No obstante, su asesinato ya despertó gran conmoción en redes sociales donde, una vez más, muchos cuestionan y reprueban la gestión del gobernador, Javier Duarte.
Al respecto, no está de más recordar que ambos casos de violencia y muerte se gestan en el umbral de la elección de gobernador de Veracruz.
Además, viene a cuenta señalar que el año pasado, la tragedia de Iguala echó al PRD del gobierno de Guerrero y de buena parte de las alcaldías, por eso preguntamos, ¿cuántos votos costarán los casos de Tierra Blanca y de Anabel FloreS? ¿acaso estos casos tendrán con el PRI de Veracruz el efecto que Iguala tuvo con el PRD de Guerrero?
