Cuando AMLO traicionó a Benito Juárez con Norberto Rivera

En 2003, el entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, donó a la Iglesia Católica cinco predios para la construcción de la Plaza Mariana.

En dichos predios se erigirían: un museo, un columbario, un centro de evangelización, un estacionamiento subterráneo y un centro comercial.

Con tan gran privilegio para la asociación religiosa, el ahora virtual presidente electo faltó a la Constitución de México, la cual establece que el país es un Estado laico.

Lo irónico es que AMLO actuó traicionó los ideales de su más grande ídolo: Benito Juárez, quien luchó para que la iglesia y el gobierno fueran separados a través de las Leyes de Reforma promulgadas en la Constitución de 1857.

Pero el llamado “mesías tropical” y el, en aquel tiempo dirigente católico, el cardenal Norberto Rivera compartían una relación de cercanía y amistad. Mayor explicación al generoso donativo no ha sido siquiera insinuada.

Pero la relación entre López Obrador y Rivera se fracturó cuando el cardenal suscribió los comicios de 2006, en los que AMLO  perdió la Presidencia ante Felipe Calderón y denunció un fraude electoral.

Seis años más tarde, el “carnal” de López Obrador, Marcelo Ebrard, cobró revancha y, como jefe de Gobierno, revocó la donación de los cinco predios con la justificación de que fueron violados los permisos de construcción y el gobierno pondría en “orden jurídico” a la Plaza Mariana.

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