CONGRESO, ¡NIDO DE RATAS!

Si alguien aún dudaba sobre el perdón a los criminales, ofrecido por Andrés Manuel López Obrador, ya tiene la confirmación. ¿Por qué?

Porque el candidato presidencial de Morena inició la temporada de perdón y amnistía a criminales y matarifes desde la mismísima presentación de listados para candidatos plurinominales a diputados y senadores, por Morena.

Pero no se trata sólo del perdón decretado desde las alturas del púlpito del mesías. No, el perdón cuenta con el aval y hasta la complicidad de la sociedad y del Estado todo, incluido el Congreso. ¿Lo dudan?

Resulta que presuntos criminales como Napoleón Gómez Urrutia y Nestora Salgado –entre otros que se colaron a las listas plurinominales del Congreso federal y de los congresos estatales por partidos como PAN, PRD, Morena, PT y MC–, gozarán del perdón y del fuero que otorgan AMLO, el Congreso y el voto ciudadano.

Es decir, con el voto de los electores, el ratero líder minero, Napoleón Gómez Urrutia, la secuestradora y estafadora, Nestora Salgado y hasta el criminal Ricardo Gallardo Cardona, podrían gozar no sólo del fuero que candoroso ofrece el Congreso, sino que vivirán del dinero público, a pesar de que se trata de probados criminales.

Por eso, las preguntas por la aberración política y legal y por la complicidad de AMLO, de Morena, PES, PT, PAN, PRD y MC, deben ser respondidas de manera contundente por las instituciones del Estado; sea a través del INE, del tribunal electoral, de la PGR, del Congreso, o de la Corte.

Y las preguntas son las siguientes: ¿Puede un partido político, como Morena, proponer como senador o senadora a pillos sobre los que pesa un proceso penal, como Napoleón Gómez Urrutia o Nestora Salgado?

¿Puede un partido o un conjunto de partidos –como PAN, PRD y MC–, proponer al cargo de diputado, a un presunto criminal como Ricardo Gallardo Cardona, a quien un juez a modo amparó para ser liberado de los presuntos delitos de lavado y narcotráfico?

¿Se quedará callada la sociedad; callarán las ONGs, los intelectuales orgánicos como Germán Martínez y muchos otros, sobre esa aberración de convertir a las cámaras del Congreso en cueva de ladrones?

Pero acaso la mayor sanción a un despropósito descomunal como el de llevar al Congreso a “Napito”, a la secuestradora Nestora y al matarife Gallardo Cardona, deba ser una sanción social. ¿Por qué?

Porque sólo la sociedad puede evitar, con su grito y con su voto, esa aberración de incluir en lista de aspirantes plurinominales de Morena, del PES, PT, PAN, PRD y MC lo mismo a criminales como Napoleón Gómez Urrutia, a Nestora Salgado y Ricardo Gallardo –compartiendo curul o escaño–, que a la ex ministra de la Core, Olga Sánchez Cordero, cuya designación plurinominal también se tambalea.

Dicho de otro modo, la ambición sin limite por el poder presidencial, la codicia despertada por un hueso al Congreso y la inmoralidad de los políticos basura, colocarán en calidad de senadores de la república, a prófugos de la justicia, a una secuestradora, a una ex ministra que dejó libre a otra secuestradora y a criminales que están libres gracias a un amparo a modo.

¿Qué podemos esperar –los ciudadanos–, de partidos políticos que llevan al Congreso a criminales y matarifes; de políticos como esos, de senadores y diputados como esos y de un Congreso con “personajes” como los arriba citados? Será o no el Congreso una cueva de ladrones.  

Pero no, tampoco ahí termina el escándalo. ¿Por qué?

Porque lo cierto es que existe total congruencia entre el discurso del mesiánico de la política, López Obrador, y el perdón a los criminales.

Cuando López Obrador propuso amnistía a criminales, de inmediato muchos se frotaron las manos. Pero no por la novedad, sino porque AMLO ya perdonó y llevó al Congreso a criminales vinculados con La Tuta. ¿Recuerdan a Julio César Godoy Toscano, matarife de “La Tuta”, al que por órdenes de AMLO el PRD el Congreso hizo diputado federal?

¿Qué dijeron entonces todos los partidos representados en un Congreso que solapó a un criminal como Godoy Toscano, al que le dio fuero? Nadie dijo nada. “Los mariachis callaron”.

Curiosamente hoy, otra vez Morena –aliado del PT y PES–, regala cargos de elección popular a la claque de La Tuta. Es decir, impulsa al ex gobernador Fausto Vallejo al gobierno de Morelia, mientras que el hijo del ex gobernador buscó ser candidato a diputado local. Los criminales al poder.

Tampoco ahí termina el escándalo. ¿Cuántos candidatos a diputados y senadores buscan una curul y/o un escaño como escudo contra presuntas raterías que los podrían llevar a prisión?

Dejarán que el Congreso se gane el mote de “cueva de ladrones”.

Al tiempo.