Durante la campaña electoral de 2018 se dijo que Andrés Manuel López Obrador era un peligro para México, debido a su visión retrógrada, a sus políticas inservibles y arcaicas, a que llevaría al país a la bancarrota, que se dispararía la corrupción, que habría inestabilidad y crisis económica.
En pocas palabras, se alertó que convertiría a México en un Estado totalitario y fallido.
Pese a estás advertencias, más de 30 millones de mexicanos votaron para que el político tabasqueño llegará al poder.
Han pasado cuatro años de su gobierno y el descontento y rechazo por la 4T cada vez crece debido a los nulos resultados que ha dado López Obrador, a qué no ha cumplido sus promesas, a qué se la pasa diciendo mentiras, poniendo excusas y echándole la culpa a sus opositores por los fracasos de su administración fallida.
También, ha aumentado más el número de pobres y sigue subiendo la ola de violencia, de desapariciones y de asesinatos.
Todo ello, derivado de sus decisiones erróneas que están basadas en su alto nivel de ignorancia y estulticia.
A ello, hay que sumar sus intentos por desmantelar al Instituto Nacional Electoral (INE) y destruir la democracia mexicana para terminar de instalar su dictadura.
Sin embargo, para darnos cuenta de lo mal que está el país basta ver lo que ocurrió con Venezuela, en donde se implementó un modelo basado en el socialismo revolucionario y el cual simplemente fracasó.
Este tema lo aborda Fernando Rodríguez Doval en su columna “México, Venezuela y chavismo”, en donde relata cómo fue que este país sudamericano pasó de ser el más rico de Latinoamérica al tercero más corrupto del mundo.
“No es un tema de ideologías sino de números y datos duros. Proponer ese modelo para México implica estar cegados por ideologías caducas o, peor aún, ser mezquinamente perversos”, apuntó.
A continuación puede consultar el texto completo.
Con información de El Heraldo de México
MSA
