En vísperas de la elección para elegir al nuevo rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), o en caso de Enrique Graue, quien actualmente ocupa el cargo, se reelija, empiezan los cuestionamientos sobre qué comportamiento tendrá el nuevo gobierno ante este proceso interno.
Ante el caso, el columnista Javier Flores reveló en un texto, que fue censurado por La Jornada, un posible atentado del gobierno contra la autonomía de la institución. Pues de acuerdo al doctor Enrique Graue mandó el siguiente mensaje:
“Hoy existen grupos que pretenden alterar la autonomía, hay castigos económicos a las universidades”. Así, el actual rector de la UNAM se pronunció por el rescate de las universidades públicas y de manera decidida en defensa de la autonomía.
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Por su parte, AMLO se ha referido recientemente a su alma máter. Con respecto a su autonomía, a la educación superior obligatoria y universal para los mexicanos, a su compromiso social (o falta de éste); sin duda, tiene planes dentro del marco de la Cuarta Transformación para esa casa de estudios.
Aquí el texto completo:
UNAM: Autonomía y cuarta transformación
Por Javier Flores
En las próximas semanas la Junta de Gobierno de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), emitirá la convocatoria para elegir al rector de esta institución para el periodo 2019-2023. El contexto en el que se desarrolla este proceso es muy particular, pues ya no son, como lo fueron desde hace décadas, los partidos Revolucionario Institucional o Acción Nacional los que atestiguan (o intentan intervenir) este procedimiento. Actualmente hay un gobierno que proviene de un partido nuevo, Morena, que encabeza Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien pretende realizar lo que ha denominado la Cuarta Transformación (4T) de la vida del país. Desde luego, las preguntas que surgen tienen que ver con el comportamiento que tendrá el nuevo gobierno ante el proceso universitario para elegir a sus autoridades, y cuál será la relación entre las ideas que ha adelantado el actual gobierno para la educación superior y la investigación científica, con una institución guiada por el principio constitucional de autonomía.
Respecto al nombramiento de rector se ha producido recientemente una aparente distensión. Meses atrás se venían acumulado datos de atentados del gobierno contra la autonomía. El mensaje del doctor Enrique Graue Wiechers en defensa de este principio durante la celebración del día del maestro no dejaba lugar a dudas de ello, como lo documentamos aquí (La Jornada 18/06/19). Adicionalmente, los problemas económicos en algunas universidades estatales aumentó la presión sobre todas ellas. Todavía el miércoles pasado, durante la conmemoración de los 80 años de la Facultad de Ciencias, el rector de la máxima casa de estudios señaló: “hoy existen grupos que pretenden alterar la autonomía, hay castigos económicos a las universidades”. Así, Graue se ha pronunciado por el rescate de las universidades públicas y de manera decidida en defensa de la autonomía. Por esta labor, la UNAM y su rector han sido reconocidos por la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior como referentes de la autonomía.
La distensión aparente a la que me refiero, parte de la revelación de Julio Hernández López a través de su cuenta de twitter sobre lo publicado en la revista Enlace Judío donde se señala: “El próximo rector de la UNAM podría ser un judío”, es decir, John Ackerman (nota que luego fue eliminada del sitio). El investigador del Instituto de Investigaciones jurídicas de la UNAM, uno de los más vehementes defensores del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y de sus políticas para la educación superior y la ciencia, aclaró en emisiones de radio y al autor de la columna “Astillero” vía twitter, que no tiene la intención de participar como candidato a la rectoría, calificando las versiones en contrario como “chismes”. Aprovechó además para expresar su total apoyo a la reelección del doctor Enrique Graue. Si intentamos una interpretación a este suceso, y consideramos a Ackerman como portavoz del gobierno (suposición que encuentra respaldo en sus vínculos estrechos con la actual administración), estaríamos ante un mensaje que desvanecería el escenario de confrontación entre autonomía y 4T. O bien significa que existe ya un acuerdo más amplio para una coexistencia (más o menos) pacífica entre los dos conceptos durante los próximos cuatro años.
Pero sea cual sea la interpretación que se le dé, lo cierto es que en cualquiera de los escenarios posibles la política expresada hasta ahora por parte del gobierno en la educación superior o la ciencia, choca en varios aspectos con el derecho de los universitarios a autogobernarse. Como ejemplo podemos citar los criterios de admisión de estudiantes y el crecimiento de la matrícula. El examen de selección ha sido duramente criticado por AMLO, al grado que ha anunciado un programa de formación de médicos en la Ciudad de México, en el cual participarán entre otras las escuelas de medicina del Ejercito y la Marina (no fue mencionada la UNAM). Los resultados no los verá AMLO como presidente, pues a menos que se esté pensando en un proyecto como los médicos descalzos de China, se requieren al menos seis años para formar un médico y aproximadamente diez para un especialista.
En el caso de la ciencia, las políticas del gobierno han afectado el salario y las prestaciones de los investigadores de diversas instituciones como el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados y los Centros Públicos de Investigación. Hasta ahora la UNAM ha estado al margen de estos daños, gracias al manejo escrupuloso y público de sus recursos y a un plan interno de racionalidad presupuestaria.
Son sólo algunos ejemplos de lo que serán los próximos cuatro años, por lo que la mejor opción para la UNAM –y en esto coincido plenamente con Ackerman– es la reelección del doctor Enrique Graue Wiechers, para sostener un diálogo constructivo con la 4T desde una firme defensa de la autonomía.