Habrá “borrón y cuenta nueva” a “morosos en resistencia civil” por cobros excesivos de la Comisión federal de Electricidad (CFE), anunció este fin de semana, Andrés Manuel López Obrador.
Lo anterior es de llamar la atención y definitivamente cuestionable al tabasqueño, cuando lleva poco más de 18 años calificando la conversión de deuda privada en pública como uno de los peores problemas que ha vivido México. Y es que, precisamente es lo que pretende el tabasqueño con los morosos de la CFE: que la deuda de los morosos la paguen todos los mexicanos.
Lo anterior hace recordar uno de los argumentos más socorridos en contra de la “mafia del poder” por parte de López Obrador: El Fobaproa.
En un debate que protagonizó al lado del panista Diego Fernández de Cevallos, en marzo de 2000, López señaló a Alfonso Romo (futuro jefe de la oficina de Presidencia), Ernesto Zedillo y a Carlos Salinas de Gortari, de formar parte de “una pequeña camarilla” que se beneficiaron del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa).
El Fobaproa fue un mecanismo creado por el gobierno priista supuestamente para proteger a los bancos del incumplimiento de sus deudores suscitado por crisis financieras. AMLO aseguró que con ello se convertía en deuda pública la deuda privada, y calificó a este fondo como “el saqueo más grande de la historia después de la colonia”.
Incluso, en el libro “Fobaproa, expediente abierto”, Lopez reseña la forma de “cómo se fraguó” la decisión del expresidente Zedillo de convertir la deuda privada de un grupo de banqueros y grandes empresarios en deuda pública, con base en “la red de complicidades y componendas que existen entre el poder económico y el poder político”.
Ahora, al perdonar la deuda de los morosos de la CFE en Tabasco, el fundador de Morena retomará el planteamiento del cual ha estado en contra a lo largo de su trayectoria política y hará exactamente lo mismo: convertir la deuda privada del Movimiento de Resistencia Civil de Tabasco en deuda pública, misma que pagaremos todos los mexicanos.
