La presión que ha ejercido Andrés Manuel López Obrador, para evitar que la serie documental “Populismo en América Latina” no sea transmitida, nos hace recordar uno de los males de los que México adoleció durante la primera mitad del siglo XX: el autoritarismo.
Con esta actitud de tabasqueño está regresando el precepto jurídico de la “Desaparición de la censura previa”
La desaparición de la censura previa ha sido el primer dato revelador de que un gobierno no puede prejuzgar la expresión y difusión de las ideas, de cualquier forma y por cualquier medio, antes de su conocimiento por una o más personas; es decir, antes de su publicidad ante la opinión pública.
En el sistema normativo mexicano es inviolable la libertad de escribir o publicar escritos sobre cualquier materia: no se puede establecer censura previa, ni exigir fianza de publicación, ni se puede coartar por ningún motivo.
Todos estos preceptos están plasmados en el Artículo 6 constitucional:
“La manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, la vida privada o los derechos de terceros, provoque algún delito, o perturbe el orden público; el derecho de réplica será ejercido en los términos dispuestos por la ley.
El derecho a la información será garantizado por el Estado. Toda persona tiene derecho al libre acceso a información plural y oportuna, así como a buscar, recibir y difundir información e ideas de toda índole por cualquier medio de expresión.”
Hay que recordar que ninguna autoridad local, federal y mucho menos un candidato a la presidencia de la República, pueden coartar o exigir la censura de cualquier producto comunicativo, siempre y cuando sea para informar.
