Cambiar el sistema o morir

Durante más de una década, Andrés Manuel López Obrador intentó, sin éxito, llegar a la presidencia de la República, el primero de julio de este año lo consiguió. El tan anhelado cargo por fin estará en sus manos a partir del primero de diciembre, cuando tome protesta como presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.

 

Destaca que en el camino andado, el hoy presidente electo, criticó a diestra y siniestra los métodos y estrategias implementadas en los gobiernos de Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto, hoy con el compromiso de cambiar radicalmente al país (como lo prometió) ha dado señales de no haber comprendido la magnitud de la responsabilidad o de haberse arrepentido de lo dicho.

 

Con el pasar de los días, modifica el discurso. Por instantes muestra mesura y después vuelve el Andrés “candidato”, el alborotador, el que siente que sólo por llamarse  Andrés Manuel López Obrador, el primero de diciembre en México se extinguirá la corrupción y la impunidad y… ¡No!

 

El viejo método del político “old school” ya es obsoleto, el sistema político paternalista en pleno 2018, en un país como México, es la antesala de una catástrofe. Las nuevas generaciones son curiosas, se informan, les gusta investigar y no quedarse con lo primero que escuchan, las nuevas generaciones son exigentes, intolerantes en cuestión de tiempo, los resultados deben reflejarse lo antes posible, sino la duda y el enfado comienzan a hacerse presentes.

 

AMLO no tiene margen de error, tanta fue la persistencia e insistencia por ocupar “la silla del águila” que hoy, debería ser el hombre más  ocupado y preocupado del mundo. Cada día de su mandato será observado por 120 millones de mexicanos con lupa, cada error se maximizará por cien y cada acierto, simplemente será tomado como parte de su trabajo.

 

Los acarreados de la campañas se acabaron, ya no habrá cientos y miles de personas aplaudiendo cada palabra que diga, aunque en ocasiones no comprendan lo que dice. A partir del primero de diciembre lo observarán de cerca 120 millones de mexicanos hartos de la inseguridad, de la corrupción, pero sobre todo, de políticos con doble moral.

 

Faltan dos meses para que tome protesta como presidente, y no da señales de haber entendido el papel que hoy juega y lo que la gente espera de él. Sigue más preocupado por hacer giras de agradecimiento y ver cómo echa abajo la construcción del NAICM. En lugar de pensar y estructurar una estrategia integral que permita a nuestro país mejorar gradualmente, que lo negativo no opaque a lo positivo y que el crecimiento nacional se dé en armonía.

 

El reto de Andrés Manuel López Obrador va más allá del ahorro y la austeridad, el verdadero reto de Andrés es cambiar el sistema, para lograr un México íntegro se requiere forzosamente reestructurar el sistema, no sólo bajar los salarios a los servidores públicos o dejar de usar escoltas, el tema es mucho más profundo y va más allá de los que se pueda decir con palabras, no tiene pretextos, tiene la mayoría tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado de la República, los hechos son los que hablarán y los resultados tienen que ser con la velocidad y del tamaño de su victoria el pasado primero de julio.

 

Es el momento; cambiar el sistema o morir.

 

Insisto. Tiempo al tiempo, ya no queda mucho ¿eh?

 

Nos vemos la próxima semana, mientras tanto no olviden que la realidad es multidimensional.

 

Luis Horacio Arévalo Martínez, Maestro en Seguridad Nacional por el Centro de Estudios Superiores Navales de la Secretaría de Marina – Armada de México.

Twitter: @horacioamtz