La Procuraduría General de la República duda que Elba Esther Gordillo haya permanecido en su departamento de Polanco durante el tiempo que lleva de prisión domiciliaria, dado que no ha podido revisar ni descartar si el inmueble tiene acceso a otro contiguo.
De acuerdo con el fiscal José Francisco Miguel López, existe un riesgo de fuga que desestabilizaría “la paz y la seguridad del Estado mexicano” por la importancia de la maestra como ex dirigente sindical.
Doña Elba Esther usa su domicilio como oficina de despacho en donde atiende a por lo menos diez personas al día, quienes han sido calificadas de prepotentes de acuerdo con la restricción de medidas de seguridad entregadas al juez federal Alejandro Caballero.
Fuerte declaración por parte del fiscal, la cual pareciera buen pretexto por parte de la Procuraduría para tratar de contrarrestar la operación política y contubernios que mantienen Gordillo Morales y el eterno aspirante presidencial, Andrés Manuel López Obrador.
Todo indica que la PGR busca subsanar el error de haber otorgado prisión domiciliaria a la maestra. Quizá por ello “no quita el dedo del renglón” respecto a colocarle a la ex lideresa del SNTE, un brazalete electrónico y restringir sus visitas, so pretexto de irrumpir en las negociaciones con el dueño de Morena.
No es ningún secreto que la familia de Elba Esther se quitó las máscaras y comenzó a operar en favor de la campaña a la presidencia del dueño de Morena a través de las “Redes Sociales Progresistas” de AMLO.
Aunado a lo anterior, se vislumbra una batalla entre el recientemente (auto) reelegido líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Juan Díaz de la Torre y la ex lideresa sindical, quien asume que con un probable triunfo de Andrés Manuel López Obrador, retomaría el poder del sindicato.
Y es que desde que Díaz de la Torre sustituyó a doña Elba Esther en el SNTE –por la oposición de Gordillo a la Reforma Educativa— varias han sido las voces que señalan al actual líder sindical como “frágil”, por no contar con el apoyo de la mayoría de los maestros. Incluso, el Grupo de Análisis Jurídico y Dignidad Magisterial aseguró este fin de semana que Gordillo Morales debe regresar al frente del magisterio.
La maestra Gordillo mantuvo el control del SNTE hasta 2013, año en que fue encarcelada por los delitos de defraudación fiscal y lavado de dinero –tras la negación de apoyar a la inminente reforma educativa–.
Cuatro años después, Elba Esther ya libró dos acusaciones por defraudación fiscal y ahora en prisión domiciliaria parece volver por sus fueros en busca de una revancha contra el presidente Enrique Peña Nieto.
El móvil de la venganza es el pacto de “La Maestra” con el enemigo de su enemigo: Andrés Manuel López Obrador y su partido Morena.
Y es que, cualquier dejo de ventaja y poder a Elba Esther lo aprovechará con alevosía. Ahora, para “desarticular” la operación política Gordillo-AMLO, la exigencia de la PGR se resume en un intento de aminorar el golpe tras el error de otorgarle prisión domiciliaria, que si bien es su derecho, parece que los términos de su reclusión no impidieron que pudiera “despachar” a diestra y siniestra desde su departamento en Polanco.
Mientras que, en el caso de López Obrador, podría correr la misma suerte que Carlos Jonguitud Barrios, Vicente Fox, Roberto Madrazo, Felipe Calderón y el propio PRI. Para todos ellos, doña Elba Esther fue una aliada poderosa, pero no fiel.
Elba Esther Gordillo nunca ha estado fuera de la jugada y no parece dispuesta a dejar de estarlo.
