George Orwell publicó en 1949 una de sus novelas más representativas, 1984, donde habla de un mundo distópico en el que existe un “Gran Hermano” o “Big Brother” que controla a todos por medio del Partido Único.
Lo destacable de la historia es la idea del poder absoluto de un ente político sobre una sociedad, la cual es vigilada por medio de cámaras dispuestas en todos los rincones de todas las ciudades.
De este modo, el Gran Hermano sabe siempre qué hacen todos, dónde están, de qué hablan y con quién hablan.
Cuando Orwell escribió su novela la tecnología estaba lejos de ser lo que es hoy. El GPS todavía estaba lejos de la mente de sus inventores, como evidentemente lo estaban las redes sociales y el internet.
Es por eso que resultan curiosas las semejanzas entre la historia de Orwell donde toda la gente es espiada, y la llegada del juego de moda: Pokemón Go.
Y es que el juego de realidad aumentada tiene acceso a toda la información de los usuarios. Es decir que cuando una persona juega Pokemón Go deja saber su ubicación, por medio del GPS que utiliza la app, la dirección de su casa, sus teléfonos y más, pues el juego se enlaza a una cuenta de Google, que al mismo tiempo está vinculada a las redes sociales.
Es por eso que varios gobiernos ven con ojos de desconfianza la aplicación y hay quienes incluso se han atrevido a afirmar que es una herramienta espía de la CIA.
En la novela de Orwell, 1984, la gente estaba sometida por medio de cámaras de vigilancia y el gobierno autoritario de un partido.
En la vida real, antes de la aplicación, la gente reclamada por que los medios de comunicación y los políticos tienen poder sobre el entorno. Por ejemplo, en 2012 miles de mexicanos culparon a Televisa de inmiscuirse en la vida de los ciudadanos; pero hoy en día ¿cuántos de éstos críticos no se entregaron ya a este juego que es oficial en al menos 26 países y ha cautivado a chicos y grandes?
¿Qué tan diferente es el sistema del Gran Hermano al sistema de operación de Pokemon Go? No tan diferente… ¿O sí?
