Barrales hubiera preferido ser candidata hace seis años

En seis años, Alejandra Barrales pasó de la parte más baja a la parte más alta de la rueda de la fortuna política.

Este 17 de enero, la dirigencia del PRD capitalino dio a conocer los resultados de la encuesta realizada para definir a su candidato o candidata a la jefatura de Gobierno. En un sistema de puntuación basado en los cuestionarios aplicadas por Covarrubias y Asociados, Ipsos y Consulta Mitofsky, la senadora con licencia alcanzó 128 unidades, contra 89 del ex Secretario de Desarrollo Económico de la Ciudad, Salomón Chertorivski y 59 del ex Secretario de Salud capitalino, Armando Ahued.

De este modo, la senadora con licencia garantiza la candidatura del Sol Azteca y un lugar en la boleta para competir por la jefatura de Gobierno en las próximas elecciones.

Pero exactamente hace seis años, la historia fue distinta para Barrales, que también buscaba la nominación de su partido.

Fue también un 17 de enero, pero de 2012, cuando Barrales supo –no de la mejor manera– que no sería candidata a la jefatura de Gobierno en la elección de ese año.

El escándalo estalló cuando desde España, el entonces Secretario de Turismo de la Ciudad de México, Alejandro Rojas, reveló información sobre la encuesta que realizaba el Sol Azteca para seleccionar a su abanderado en la capital.

“De acuerdo con información que yo tengo, muy fresquecita, de hace unas horas, un marcelista será el futuro jefe de gobierno”, dijo Rojas a prensa mexicana en España. Y agregó: “Por lo que sé, va arriba con un alto porcentaje Miguel Mancera, un marcelista fiel y leal”.

Con esas declaraciones, al PRD y al entonces jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, se les cayó el “numerito” de la no intervención del gobierno capitalino en la definición del candidato a suceder a Ebrard. El escándalo provocó la “renuncia” de Alejandro Rojas a la Secretaría de Turismo, y la furia de Barrales.

De forma inmediata, el equipo de Barrales se levantó de la mesa de negociación que mantenía el PRD con los otros dos partidos que conformaban la coalición (PT y Movimiento Ciudadano). En representación de Alejandra, el entonces diputado Fernando Cuéllar expresó su preocupación; dijo que se pretendía “prefigurar un escenario a favor de uno de los precandidatos (Mancera); y acusó “un intento de albazo”.

Dos días después, el 19 de enero de 2012, PRD, PT y MC dieron a conocer el resultado oficial de la encuesta: efectivamente, Miguel Ángel Mancera resultó ganador de la contienda interna. El resto de los aspirantes –Joel Ortega, Martí Batres y Gerardo Fernández Noroña— avalaron el triunfo de Mancera, a excepción de Barrales, quien “se reservó su derecho a reconocer el proceso de selección” debido a que “no se resolvieron las irregularidades que denunció”.

Días después, Barrales se reunió con Marcelo Ebrard. Obtuvo una senaduría, y echó a andar una rueda de la fortuna que la llevó de la derrota en las internas perredistas de 2012 a obtener la candidatura en 2018. En el camino, pasó por el Senado, fue Secretaria de Educación del gobierno de Mancera; llegó a la presidencia del PRD con el apoyo del jefe de Gobierno, y finalmente lo traicionó repartiéndose las candidaturas del Frente con Ricardo Anaya.

Hoy, Barrales tiene un lugar seguro en la boleta… Aunque quizá hubiera preferido ganar la encuesta de hace seis años, cuando ser candidato o candidata del PRD en la capital era garantía de triunfo. Ahora, entre ella y la jefatura de Gobierno se interponen Morena y Claudia Sheimbaum.