AYOTZINAPA: TODO SIGUE IGUAL

Esclarecer qué es lo que pasó con los normalistas es una promesa más que no cumplirá AMLO

Encontrar la verdad sobre lo que pasó con los normalistas de Ayotzinapa luego de la agresión que sufrieron hace siete años es una más de las promesas que no cumplirá el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Ya pasaron tres años de este sexenio,  en los cuales la Fiscalía Especial creada para investigar el caso Ayotzinapa sólo se ha dedicado a tratar de desvirtuar la “verdad histórica” de la ahora extinta PGR y de construir una nueva, sin lograrlo.

La hipótesis de que los 43 normalistas fueron quemados en el basurero de Cocula no es del todo convincente; pero nadie ha sido capaz de construir otra que sí convenza.

La investigación que realizó desde el sexenio pasado la Comisión Nacional de los Derechos Humanos permite afirmar que si no todos; al menos sí varios de los normalistas fueron calcinados en el basurero.

En cuanto al móvil de la barbarie vivida entre la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre del 2014 en Iguala y Cocula; la hipótesis más viable es la que no quieren seguir las autoridades, para no “criminalizar” a las víctimas.

El grupo delincuencial Guerreros Unidos asumió que los estudiantes de Ayotzinapa eran sicarios de Los Rojos; su organización rival, y por eso los secuestró y los asesinó.

Hay evidencias de que al menos uno de los 43, a quien apodaban El Cochiloco, sí pertenecía al cártel de Los Rojos. Y que él fue uno de los principales líderes que llevaron a Iguala al resto de los normalistas, en su mayoría de nuevo ingreso.

Pero esta línea de investigación es un tema tabú para las autoridades, las anteriores y las actuales, porque prefieren quedar bien con los padres de las víctimas y con quienes los manejan, en lugar de buscar la verdad.

Buscar la verdad implica desenredar toda esa madeja de intereses compuesta por autoridades municipales, jefes policiacos estatales y federales, quizá elementos del Ejército y grupos delincuenciales que llevó al martirio a 46 normalistas –tres fueron asesinados antes de llegar al basurero–  y a otras tres personas ajenas a la Normal de Ayotzinapa.

Lo anterior pasa por investigar el entorno político que permitió el funcionamiento de toda esta maquinaria delincuencial.

Pero el actual gobierno por ningún motivo se meterá en este terreno, pues tendría que reconocer que José Luis Abarca, ligado al grupo Guerreros Unidos, llegó al cargo de presidente municipal de Iguala con el aval de quien era líder moral del PRD en ese entonces, y cuyas iniciales son: Andrés Manuel López Obrador.

OFF THE RECORD

**CULPABLES, LOS MEDIOS

El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), dijo que la información difundida por medios de comunicación sobre la persecución judicial que padecen 31 científicos y ex funcionarios del organismo, “solo busca generar incertidumbre en la comunidad científica”.

Hasta donde sabemos, no fueron los medios los que solicitaron las órdenes de aprehensión.

**DIVIDE Y VENCERÁS

La bancada de Morena en la Cámara de Diputados recurrió al sabio dicho de “divide y vencerás” para debilitar a la oposición.

Mediante el reparto de comisiones, Morena logró generar fricciones entre el PRI y el PAN, al inclinar la balanza hacia el primero.

En Morena saben que con los votos del PRI podrían sacar al menos alguna de las reformas constitucionales que tanto quiere el presidente.

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