El presidente Andrés Manuel López Obrador ha minimizado el problema de la inflación registrada en México al justificar que este problema se originó por factores externos, como la guerra entre Ucrania y Rusia, y que en otros países “es mayor”.
En ese sentido, ha expuesto sus “otros datos” los cuales, según él, demuestran que “vamos bien”.
“Sin embargo, con relación a la inflación en el mundo, México es de los países menos afectados y estamos tomando medidas con el control a la inflación, sobre todo en lo que tiene que ver con el control en alimentos, porque en energéticos es de los países con menos inflación, por eso estamos bien”, aseguró el pasado 8 de julio.
Sin embargo, la realidad es totalmente diferente a las mentiras que dicen desde Palacio Nacional, ya que cada vez más se vuelve más difícil surtir la despensa y adquirir productos de la canasta básica.
Pese a que el mandatario tabasqueño presentó su Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC), con el cual pretende frenar el alza de los precios, se ha registrado un aumento en los precios de al menos 24 artículos de la canasta básica, la mayoría de ellos son alimentos como arroz en grano, atún en lata, azúcar morena, bistec de res, cebolla, chuleta de puerco, frijol en grano, huevo de gallina blanco, leche, limón, manzana, naranja, pan de caja, papa, pasta para sopa, pollo entero, sardina de lata, tortilla de maíz, zanahoria, entre otros.
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De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el Índice Nacional de Precios al Consumidor aumentó 0.43 por ciento en la primera quincena de julio de 2022 con respecto al periodo anterior.
Asimismo, la inflación general anual se ubica en el 8.16 por ciento; la inflación quincenal fue de 0.37 por ciento y la anual, de 5.75 por ciento.
Por su parte, la organización civil México, ¿cómo vamos? calificó como preocupante que la mayoría de la canasta básica muestra una tendencia al alza, en especial los alimentos.
En ese sentido, alertó que el 38.8 por ciento de la población se encuentra en situación de pobreza laboral a la par del aumento de los alimentos centrales de la dieta mexicana.
Por último, criticó el PACIC al señalar que no se consideró un programa social que permita que las familias más vulnerables tengan acceso a alimentos (que no se deteriore más el poder adquisitivo de los hogares más pobres).
Con información de Eme Equis
MSA
