Atentado contra Maduro: el inicio del fin de una dictadura

A las 17:41 horas de este sábado, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, fue blanco de un atentado cuando encabezaba la ceremonia por el 81 aniversario de la Guardia Nacional Bolivariana.

El ataque fue perpetrado a través de drones con cargas explosivas. Y aunque Maduro resultó ileso, al menos siete militares resultaron heridos.

El uso de la violencia en contra del mandatario venezolano, aunque reprobable, es síntoma de la crisis política, económica y social que vive el país luego de 18 años bajo el yugo del régimen chavista.

Apenas en julio de 2017, Maduro –sucesor del finado Hugo Chávez– consolidó la dictadura en Venezuela a través de la anulación de la Asamblea Nacional, órgano legislativo legítimamente electo y de mayoría opositora. Para ello, convocó a la fraudulenta elección de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), conformada a modo gracias al control del chavismo sobre los órganos electorales. En los hechos, la ANC desplazó al Congreso y modificó la Constitución para consolidar el poder absoluto de Maduro.

Aunado a lo anterior, el régimen chavista dio muestras de autoritarismo al reprimir las manifestaciones en su contra por el golpe al legislativo. Tan sólo en los primeros cuatro meses de protestas –entre abril y agosto del año pasado– fueron asesinadas 135 personas.

Mientras tanto, el país vive una crisis económica sin precedentes. De acuerdo con estimaciones del Fondo Monetario Internacional, Venezuela cerrará 2018 con una inflación de un millón por ciento. A ello hay que agregar la escasez de alimentos y medicinas, que convierten la situación en una crisis humanitaria.

Apenas la semana pasada, Maduro se vio forzado a anunciar una “reconversión” del Bolívar, la moneda venezolana, a la que debió quitarle cinco ceros de su valor. Además, informó que la gasolina, que en otros tiempos abundaba en el país y era más barata que un caramelo, ahora será racionada entre los habitantes.

En medio de esta situación, ya se había presentado una primera insurrección. En julio de 2017, el militar Óscar Pérez tomó un helicóptero oficial y disparó en contra de la sede del Ministerio del Interior. Además, lanzó cuatro granadas contra el Tribunal Supremo de Justicia. Sin embargo, su destino fue trágico, pues fue acribillado en enero de este año, luego de que el edificio donde se encontraba fuera sitiado por fuerzas chavistas, y a pesar de que había anunciado su rendición en un video difundido en redes sociales.

Hoy, Maduro fue víctima de un nuevo atentado, que podría significar el inicio de una rebelión, y también el fin de una dictadura insostenible por la crisis política, económica y humanitaria. Las cosas caen por su propio peso…