En el Estado de México, las asociaciones vecinales han pasado de ser organismos orientados al bienestar comunitario a estructuras que perpetúan el abuso y la opacidad. Este fenómeno, que afecta gravemente a los propietarios de diversas colonias y fraccionamientos, se sostiene sobre una base de manipulación, intimidación y falta de transparencia.
La perpetuación en el poder
Uno de los mecanismos más evidentes que emplean estas asociaciones es su obsesiva búsqueda por permanecer en el poder. Para lograrlo, recurren a tácticas como la reelección continua, la formación de planillas unitarias que impiden la participación de nuevos candidatos y la disuasión mediante intimidación. Este último punto es especialmente relevante, ya que los propietarios suelen ser objeto de amenazas veladas que desalientan cualquier intento de postularse o cuestionar a la dirigencia actual. Además, los miembros salientes suelen asegurar que sus sucesores sean personas afines, garantizando la continuidad de sus intereses particulares.
Beneficio personal y uso indebido de recursos
Estas asociaciones también se destacan por aprovechar su posición para obtener beneficios económicos y políticos. Un ejemplo común es la contratación de proveedores vinculados a los dirigentes, a quienes se les pagan montos excesivos sin someter las decisiones a una asamblea o votación. Las cuotas de mantenimiento, destinadas originalmente al mejoramiento de las comunidades, se desvían hacia fines personales, y rara vez se presentan reportes financieros que expliquen el destino de dichos fondos.
El hermetismo es una característica central de estas asociaciones. La ausencia de mecanismos de rendición de cuentas permite que los dirigentes realicen pagos a proveedores sin supervisión alguna, creando un esquema de beneficio mutuo. Este ambiente de opacidad también se ve reforzado por alianzas con grupos políticos que garantizan la impunidad a cambio de favores económicos o de influencia.
El resultado de estas prácticas es una creciente desconfianza entre los propietarios y un deterioro en la calidad de vida de las comunidades. Los recursos que deberían destinarse a mejoras en infraestructura, seguridad o servicios son desviados hacia intereses privados, dejando a las colonias en el abandono. Además, la intimidación y la falta de transparencia debilitan el tejido social, impidiendo la formación de comunidades cohesionadas y empoderadas.
Urgencia de acción
En la Sexta Sección de Lomas Verdes, los vecinos han manifestado su inconformidad con la asociación vecinal, la cual lleva dos años sin presentar reportes financieros ni detallar el destino de las cuotas de mantenimiento. Entre las principales quejas destaca la contratación de un proveedor cuyo pago, considerado excesivo, no fue sometido a la aprobación en asamblea. A pesar de que los vecinos lograron votar en contra de dicho proveedor y ganar, la asociación se ha negado a cesar los pagos.
Recientemente, la comunidad recurrió a la plataforma Change.org para lanzar una petición que exige transparencia y rendición de cuentas por parte de la asociación vecinal.
Es crucial que las autoridades y los propios propietarios tomen medidas para romper este ciclo de abuso. La implementación de procesos transparentes y democráticos, así como la promoción de auditorías independientes, podría ser un primer paso hacia la restauración de la confianza y la reconstrucción del objetivo original de las asociaciones vecinales: el bienestar colectivo.