El Fondo Monetario Internacional (FMI) “es cómplice de la corrupción” que hay en México al solapar las recetas de sus alumnos aplicadas en nuestro país, así se expresaba el ahora presidente Andrés Manuel López Obrador, en 2018, entonces precandidato presidencial de la coalición Juntos Haremos Historia.
El 26 de enero de 2018, López Obrador despotricaba contra el FMI, y le exigía que dejara de preocuparse por México, ya que “sus recomendaciones poco han ayudado a los mexicanos y a la economía”.
Sin embargo, este miércoles, al parecer, el tabasqueño se olvidó de sus declaraciones y desprecio, y recibió con toda calidez y amabilidad a la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, con quien aseguró firmarán un acuerdo a corto plazo en materia de combate a la pobreza, defensa del medio ambiente e igualdad de género, bajo un nuevo enfoque.
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En 2018, el tabasqueño señalaba que la inseguridad, la violencia, el desempleo y la pobreza se desataron en el país debido a que se aplicaron muchas de las política emanadas de organismos como el FMI.
“No tienen nada de qué preocuparse, nos ha ido muy mal con los protegidos del Fondo Monetario Internacional, los alumnos del FMI han hecho un mal papel en el manejo de la economía nacional. No ha habido crecimiento económico desde hace 30 años”, indicó en entrevista con los medios de comunicación al concluir un acto de precampaña en Tuxtla Chico.
Este martes, el presidente Andrés Manuel señaló que este tipo de organismos están cambiando, por lo que hay una nueva relación.
“Como país soberano exigimos nuestro derecho a definir nuestras políticas y si en estos temas podemos coincidir pues tenemos relaciones con todos ¿Por qué no coincidir si el FMI busca combatir la pobreza? ¿Por qué no coincidir si el FMI apuesta al desarrollo sustentable? ¿Por qué no coincidir si el FMI se pronuncia por la igualdad de género? En eso estamos totalmente de acuerdo y es la nueva relación”, exclamó.
Y es cuando preguntamos: ¿No que el FMI era el máximo representante de la ‘mafia del poder’? ¿Qué lo hizo cambiar de opinión, señor presidente?
