Asamblea Constituyente ¿Y el trabajo legislativo para cuándo?

Ya pasaron más de tres semanas desde que el pasado 15 de septiembre los diputados de la Asamblea Constituyente recibieron el proyecto de Constitución para la Ciudad de México de manos del jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera.

En este lapso, los legisladores han pasado más tiempo envueltos en pleitos partidistas que trabajando sobre el proyecto redactado por Mancera.

La semana pasada, los diputados constituyentes emplearon una sesión entera sólo para designar a Alejandro Encinas como presidente de la Asamblea y conformar una Mesa Directiva satisfactoria para las principales fuerzas políticas.

Y apenas será este martes cuando se definan las comisiones de trabajo que integrarán al Constituyente. Es decir, luego de más de tres semanas, los asambleístas todavía no tienen asignadas responsabilidades respecto a la revisión y elaboración de las leyes que regirán a los ciudadanos de la Ciudad de México.

Peor aún, la Asamblea ni siquiera ha determinado cuántas comisiones se conformarán. A pesar de que en sesiones pasadas habían planteado que serían nueve, el diputado Porfirio Muñoz Ledo afirmó este lunes que se contempla aumentar el número. Asimismo, otro problema será distribuir la presidencia de las comisiones entre los partidos, de modo que todas las fuerzas políticas queden conformes.

Así, por ridículo que suene, aún parece lejano el día en que los legisladores se pongan a legislar.

Por si fuera poco, parece ser que el proyecto de Constitución elaborado por el equipo de redactores de Miguel Ángel Mancera tampoco pone mucho de su parte.

Como se ha mencionado en este espacio, el documento establece muchos y muy vagos derechos para los capitalinos, pero no hace mención de los mecanismos para garantizarlos ni de las obligaciones de las autoridades.

Ante ello, Salvador Camarena —columnista de El Financiero— incluso afirma que algunos asambleístas como la perredista Dolores Padierna, el priista Raúl Cervantes, y el panista Santiago Creel, “entre otros”, plantean desechar el borrador de Mancera para iniciar desde cero con la redacción de un documento más congruente.

De confirmarse este rumor, los problemas no serían menores, pues las confrontaciones podrían polarizar más a la ya de por sí dividida asamblea, sin mencionar que los diputados constituyentes no llevan un ritmo de trabajo precisamente veloz.

Por lo pronto, el reloj sigue corriendo y la fecha marcada para la entrega de la nueva Constitución de la Ciudad de México es el 31 de enero de 2017.

¿Podrán los asambleístas dejar atrás la desidia y los pleitos políticos para entregarle a los capitalinos una Constitución decente?