Con sus furibundos ataques a la clase media, el presidente Andrés Manuel López Obrador demuestra que para él, el país ideal sería aquel en el que solo hubiera pobres y que éstos nunca se atrevieran ni siquiera a soñar con dejar de serlo, que nunca fueran “aspiracionistas”.
Tiene su lógica, porque como lo demostraron las estadísticas, en la reciente jornada electoral Morena obtuvo su mayor cantidad de votos entre las clases bajas del país, es decir, en sectores marginados.
La población de estos sectores, que padece falta de infraestructura y de servicios públicos, con bajos niveles de educación y con ingresos inferiores a lo que se requiere para satisfacer las necesidades más básicas, es más sensible al discurso populista y nacionalista.
Morena se nutre de votos de estos sectores marginados que en las pasadas elecciones le dieron nuevamente su confianza, a pesar de que ya con casi tres años en la Presidencia de la República, no ha sido capaz de reducir los índices de pobreza ni de mejorar las condiciones de vida de la población.
Como lo demuestran las estadísticas, la clase media, la más numerosa en el país, en donde los niveles educativos son más elevados, fue la que le dio a Morena y al presidente López Obrador un voto de castigo que los llevó a perder la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados y a caer estrepitosamente en la capital de la República y estado de México.
Ese comportamiento de la clase media se refleja también en el hecho de que Morena obtuvo el triunfo en 11 gubernaturas, pero de éstas, solo ganó en seis ciudades capitales. La población del resto de capitales votó en contra del populismo.
Por eso el encono de los últimos días hacia la clase media del presidente de la República, quien parece no haber entendido aún que en las pasadas elecciones la población se pronunció por poner coto a la división y a la polarización.
Critica el presidente que la clase media sea “individualista”, “aspiracionista”, que sin escrúpulos quiera ser “como los de arriba”. Dice que pretender salir adelante “es egoísta”.
Habría que preguntarle a los pobres si prefieren seguir así toda su vida para no ser etiquetados por el presidente como “aspiracionistas” o “egoístas” por querer salir adelante.
En el 2018, la clase media votó en su mayoría a favor de López Obrador, porque había un hartazgo hacia el PRI debido a la forma en que terminó el gobierno de Enrique Peña Nieto, en medio de escándalos de corrupción de varios gobernadores.
Sin el apoyo de esa clase a la que ahora parece despreciar, López Obrador no hubiera ganado la Presidencia. Pero esa misma clase ahora lo castigó con su voto en contra porque a casi ya la mitad de su gobierno no ha visto los resultados prometidos.
Y en lugar de tratar de reconquistar a este sector de la población, López Obrador lo aleja todavía más de su proyecto, con ese discurso redactado más con el hígado que con el cerebro.
Esta clase media, compuesta fundamentalmente por profesionistas, comerciantes y pequeños empresarios, bajo fuego del presidente, difícilmente votará por los candidatos de Morena en las próximas elecciones.
El líder máximo de Morena le apuesta únicamente a conservar e incrementar el voto de los pobres. Pero en esa lógica, suponemos que no combatirá la pobreza, aunque lo prometa recurrentemente, sino por el contrario, la mantendrá y quizá la incrementará, pues este sector representa su principal clientela electoral.
OFF THE RECORD
ALCALDESA VIOLENTADA
La presidenta municipal de Solidaridad (Playa del Carmen), Quintana Roo, Laura Beristáin, se reunió con la titular de la CNDH, Rosario Piedra, a quien le pidió apoyo ante los ataques que han sufrido ella y su familia por parte –según su denuncia– del gobernador, Carlos Joaquín González.
Beristáin, quien logró su reelección postulada por Morena, indicó que el hostigamiento ha llegado a tal grado que el mismo día de las elecciones,policías con armas largas ingresaron a su domicilio de madrugada con el pretexto de que buscaban material electoral.
Agregó que en el transcurso de la jornada fueron detenidos 15 de sus colabores con diversos pretextos, y hasta el momento no se ha definido su situación jurídica.
La alcaldesa responsabilizó de toda esta campaña de hostigamiento al gobernador del estado.
**¿ANULACIÓN EN IZTACALCO?
La primera alcaldía de la Ciudad de México en ser impugnada es Iztacalco, en donde los candidatos del PAN y de la alianza PRD-PRI presentaron –cada uno por su lado– sendas demandas de que sea anulada la elección.
Daniel Ordóñez, candidato del PAN, denunció en el escrito que presentó ante el Tribunal Electoral de la Ciudad de México, que el día de las elecciones se negó el acceso a los representantes de su partido en un número bastante importante de casillas.
Mencionó que este fenómeno se presentó en más del 20 por ciento de las casillas instaladas en la demarcación, por lo que procede la anulación de los comicios.
Argumentos similares presentó la candidata de la alianza PRD-PRI, Fabiola Bautista.
Si el tribunal local rechaza la demanda, el asunto irá a dar al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
twitter:@pepecontreras_m