Este viernes, el magistrado Rafael Guerra Álvarez, hombre muy cercano al presidente electo Andrés Manuel López Obrador, fue elegido como el nuevo presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México (TSJ-CDMX).
En 2005, Guerra Álvarez fue el abogado del ahora presidente electo Andrés Manuel López Obrador durante su proceso de desafuero como Jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal.
Lo curioso, en ese mismo año, fue que el magistrado Rafael Guerra Álvarez llegó al cargo junto con su esposa, la magistrada Eva Verónica de Gyves Zárate, gracias a Marcelo Ebrard.
Guerra Álvarez también fue asesor de la ex secretaria de Desarrollo Social del DF, Rosa Icela Rodríguez, en la administración de Ebrard.
De este modo, queda claro que tanto López Obrador como Marcelo Ebrard lograron imponer un alfil en la presidencia del Tribunal de Justicia de la Ciudad de México, lo que significa la penetración de Morena en el Poder Judicial de la capital del país.
Tanto AMLO como Marcelo buscan el control de ese poder, porque también es un centro desde donde pueden seguir impulsando la impunidad para los suyos en casos como el de la Línea 12 del Metro.
Además, este no es el único caso en el que Morena busca colocar piezas clave dentro del Poder Judicial.
Cabe recordar que el próximo 30 de noviembre se abrirá una vacante en la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Y para ocuparla, López Obrador propondrá —con la anuencia de Enrique Peña Nieto— nada más y nada menos que a Paula García Villegas, hija de la próxima secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, y a Yasmín Esquivel Mossa, esposa del contratista favorito del tabasqueño, José María Rioboó.
No cabe duda de que si alguna de estas mujeres llega a la Corte, AMLO tendrá otro alfil dentro del Poder Judicial.
