Situación complicada la ya vivía el país, y se mantiene con el presidente, Andrés Manuel López Obrador, la llamada “Cuarta Transformación” no está siendo lo que habían prometido, pero todavía no es demasiado tarde para cambiar el rumbo.
Hasta el momento la aprobación del político tabasqueño sigue alta, pero las decisiones que se han tomado en cualquier momento pueden provocar que esos 30 millones que votaron por AMLO le den la espalda.
La cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, la pausa que le dio a la Reforma Energética, la fuga de inversión y la poca recaudación fiscal que se tendrá este 2019, según varios expertos, dejará un crecimiento económico del uno por ciento.
Como mandatario de una nación democrática, el político tabasqueño debe dejar de confrontarse con la prensa, los empresarios y las calificadoras, porque la polarización no impulsa el desarrollo del país.
Falta conocer hasta dónde podrá acabar con la corrupción, porque en 118 días de gobierno la estrategia no parece clara, por lo que no ha dado ningún resultado.
AMLO debe aprender a debatir, en lugar de calificar, escuchar; reconocer que la crítica es pro de la sociedad y su mandato, por lo tanto —como lo mencionó Jorge Suarez-Vélez en su artículo publicado en el diario Reforma, “Por México, rectifique”, 28/03/1992—, es necesario que sea humilde y corrija el rumbo.
