Este sábado, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) reconoció el poderío del crimen para justificar la militarización de la seguridad pública del país.
Con tal de justificar la incorporación de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), López Obrador reconoció ayer el poderío del crimen organizado en México.
Durante su gira por Jalisco, dijo que la delincuencia tiene grupos “muy poderosos” y que por eso es importante que los estados puedan contar con el apoyo de las fuerzas federales para garantizar la seguridad de los ciudadanos.
El dicho del tabasqueño contrasta con su postura de junio pasado cuando, tras el asesinato de dos sacerdotes jesuitas en Chihuahua, prácticamente deslindó al gobierno federal y dijo que eso era un asunto estatal.
Ni qué decir que su actual postura es diametralmente opuesta a sus promesas de campaña —campañas, porque fueron tres— de regresar al Ejército a los cuarteles y dejar la seguridad pública en manos de civiles.
Un marxista consumado
Lo que va quedando claro en medio de tanta cantinfleo es que el tabasqueño es un marxista consumado, y no porque siga las teorías de Karl Marx, pues lo suyo es emular a Groucho Marx creador de la frase: “Estos son mis principios, y si no les gustan… bueno, tengo otros”.
Con tal de que su último capricho no tenga ningún detractor, sobre todo, en los estados, AMLO reconoció el poderío del crimen para justificar la militarización de la seguridad pública del país.
Inauguración de instalaciones de la Guardia Nacional, desde Colotlán, Jalisco https://t.co/ppVYBCoCnb
— Andrés Manuel (@lopezobrador_) September 10, 2022
Con información de Reforma
JZ