
El presidente electo, Andrés Manuel López Obrador y su gobierno destinará 725 mil millones de pesos para el pago de intereses de la deuda pública, que es superior a 10 billones de pesos, ya que AMLO se comprometió a que no crecerá en términos reales.
Este monto saldrá de los gastos fijos que se incluirán en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF), mismos que incluyen participaciones federales a estados y municipios por 703 mil millones de pesos; adeudos de ejercicios fiscales anteriores, por 36 mil millones de pesos; servicios personales, por un billón 252 mil millones de pesos; pensiones y jubilaciones, por 928 mil millones de pesos.
En un video difundido la semana pasado, López Obrador señaló que va a poner a un experto a cuidar las pensiones y jubilaciones para garantizar que reciban sus ingresos que por ley y justicia les corresponde, ya que se estimaron 823 mil millones de pesos en el 2018 pero para el siguiente año se incrementó la cifra a 1 billón de pesos.
Ante las promesas de campaña y la realidad que enfrenta el ahora presidente electo, delineó un esquema de inversión de la siguiente manera:
Proyectos de infraestructura prioritarios, una inversión inicial de 500 mil millones de pesos.
Proyecto de extracción petrolera y rescate de Petróleos Mexicanos (Pemex) 75 mil millones de pesos.
Rehabilitación de las refinerías de Minatitlán y de Salina Cruz, 10 mil millones de pesos.
Acciones turísticas para Tula, Hidalgo, inversión de más de 4 mil millones de pesos.
Refinerías de Salamanca y Madero 4 mil millones de pesos para cada una.
Refinería Pemex Cadereyta, 5 mil millones de pesos.
La nueva refinería en Dos Bocas, Paraíso, Tabasco 50 mil millones de pesos.
Los proyecto de Sembrando vida para rescatar el campo, entre 12 mil y 15 mil millones de pesos.
¿Será que le alcanza el presupuesto? ¿Aún su austeridad es un apoyo?