Ante un contexto tan delicado que se vive en el país por la pandemia de COVID-19, el presidente Andrés Manuel López Obrador, optó el día de ayer por minimizar el problema y darle prioridad a uno de sus placeres deportivos por excelencia, así es, al béisbol.
Mientras el subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, informaba que México había llegado a la cifra oficial de 100 mil decesos por coronavirus; el mandatario López Obrador le daba la bienvenida en Palacio Nacional a Julio Urías, pitcher de los Dodgers de los Ángeles, campeones de la Serie Mundial de Béisbol.
Un par de horas después de su reunión privada, López Obrador subió un video a sus redes sociales en las que orgulloso presumió la visita del deportista, a la cual habían acudido también tres de sus hijos, admiradores del pitcher. Durante tres minutos habló del encuentro y de su satisfacción.
Recibí a Julio Urías, un gran pitcher y una extraordinaria persona, orgullosamente mexicano. pic.twitter.com/HxEduOOPal
— Andrés Manuel (@lopezobrador_) November 20, 2020
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Pero ningún mensaje del Presidente esa noche sobre los 100 mil muertos. Luz y sombra, felicidad y tragedia, a unos metros de distancia en Palacio Nacional.
No hay duda que el cinismo, la hipocresía y la corrupción, es el verdadero rostro de la Cuarta Transformación.
SG
