¿AMLO encontró “comprador carnal” para el avión presidencial?

El avión presidencial ofrecido por el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, ya tiene comprador. Pese que no se pueden vender los bienes de la nación, parece que todo quedará en familia, pue el interesado es el empresario Gustavo Jiménez Pons.

Ofreció pagar hasta mil 900 millones de pesos, pues dijo que le interesa adquirir la aeronave porque será hasta 2020 cuando se conseguirán en el mercado y pretende utilizarla como taxi aéreo VIP, a un costo de 20 mil pesos la hora, en su empresa GBS Air Enterprise.

¿Por qué decimos que todo queda en familia?

Porque “el comprador” es nada más y nada menos que sobrino de Rogelio Jiménez Pons, propuesto por el “mesías” para ser el próximo titular del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur).

Y resulta que –para no variar– Gustavo Jiménez Pons es toda una “fichita”. Además de exaspirante presidencial —en este proceso no reunió las firmas ciudadanas necesarias— y excandidato a jefe de Gobierno (2006), en febrero de 2010 estuvo preso, acusado de fraude a la empresa Eurovips.

Lo anterior, por no entregar 5 mil entradas para los partidos de la Selección Mexicana de Futbol en el Mundial de Alemania, hace doce años.

Primero permaneció encerrado en el Reclusorio Norte, pero en noviembre de 2012 lo trasladaron al Oriente, en un polémico movimiento que hicieron las autoridades penitenciarias con otros 30 presos. Tenía muchos beneficios en la cárcel, pues.

Aquella vez, entre los privilegiados también estaba Roberto Vivanco Alarcón, quien tenía una celda VIP para él solo, con televisión de paga y más beneficios. Esto lo reconocieron las autoridades, quienes explicaron que debía estar aislado de los demás reclusos para evitar agresiones en su contra.

Años antes estuvo involucrado en escándalos como casos de abuso de confianza en 2004, amenazas en 2005, y éste último de fraude por boletos para el mundial en el 2006.

Ahora, don Gustavo va por el avión presidencial con una oferta mucho menor al del costo original que tuvo cuando “se encargó” por el expresidente Felipe Calderón.

“Vamos a vender el avión presidencial que no lo tiene ni Donald Trump. Ya ven que Trump es muy presumido, pues no tiene un avión como el de Peña, que costó 7,500 millones de pesos”, dijo Andrés Manuel en campaña. Lo cual por cierto es falso.

El costo total del avión —incluyendo ingeniería, instalación de sistemas, adecuaciones de estructura, equipamiento de cabina, certificaciones y un paquete de refacciones— fue de 218.7 millones de dólares.

En el Presupuesto de Egresos de la Federación 2018 se explica que la adquisición del avión presidencial será amortizada durante los 15 años con dos pagos anuales, uno de 45 millones de pesos, por operación y mantenimiento; y un pago por el arrendamiento entre 4.6 y 451.4 millones de pesos, por lo que se espera que la aeronave tenga un costo total de 7,560 millones de pesos, la cifra que AMLO usó de manera dolosa para sus seguidores. A esos que les dicen “pejezombies”

Y bueno, hay que mencionar que además de la pérdida económica que representaría para el nuevo Gobierno la venta del avión presidencial, los expertos consideran que se debe hacer un análisis del costo-beneficio de utilizar vuelos comerciales en lugar de tener una flota presidencial.