“Lidera las encuestas un candidato que no logra articular dos oraciones, entiende poco y promete lo incumplible; que fundó la peor universidad del país; que dice que acabará con la corrupción, pero ´reservó´ la información financiera sobre la principal obra pública que hizo en la Ciudad de México”, escribió el columnista Jorge Suárez.
Este jueves, en su texto intitulado “Este cambio no” publicado por Grupo Reforma, Suárez -Vélez critica a los cuatro aspirantes presidenciales a falta de propuestas sensatas y la ausencia de explicar la importancia de formalizar la economía.
Sin embargo, hace un paréntesis en el cual cuestiona los métodos del político tabasqueño a fin de llegar a la silla presidencial.
“… que se ha rodeado de operadores impresentables de otros partidos (Bartlett, Espino, Korrodi, Monreal, Bejarano, Ponce); que dice que nada es tan fácil como sacar petróleo; que yendo adelante en las encuestas insulta al empresariado sin provocación alguna; que dice que “el corazón de Jesús” está con él; que ha instituido el nepotismo en Morena”.
Y continúa.
“… que mintió en sus declaraciones patrimoniales; que se benefició de la renta de 13 mil taxis pirata, 100 mil ambulantes y giros negros cuando dejó la Jefatura de Gobierno; que descalifica e insulta a quien no está de acuerdo con él, como lo hizo con cientos de miles de capitalinos que marcharon contra la inseguridad durante su gobierno; que se rehúsa a condenar a los lamentables regímenes de Chávez y Maduro; que llamó a su hijo Jesús Ernesto en honor al Che Guevara (originalmente iba a llamarlo Jesús Salvador); que lleva este siglo viviendo quién sabe de qué (y ha vivido del erario público el resto de su vida); que jamás ha reconocido una derrota política y que en un berrinche cerró la principal arteria de la capital, provocando daño millonario a miles de establecimientos comerciales; que siendo un candidato “de izquierda” se alió con un partido fascista (el PES) y no avala matrimonios del mismo sexo o el derecho de las mujeres a interrumpir embarazos”.
Suárez finaliza su texto al asegurar que entiende y apoya el enojo de la población y el deseo de cambio, no así la miopía ante el riesgo de retroceso permanente que esta alternativa implica.
