Alianza Morena-CNTE; dará el triunfo al PRI

Reza el viejo refranero popular: “¡Nadie sabe para quien trabaja!”, en alusión a que –en determinados casos–, el trabajo de algunos beneficia, paradójicamente, a sus adversarios.

Y viene a cuento porque en el cabalístico 21 de marzo, Andrés Manuel López Obrador selló la alianza político-electoral de Morena con la CNTE; un pacto que aquí adelantamos el 2 de febrero y que movió lluvia de mentadas de madre.

¿Por qué y para qué la alianza de AMLO con la CNTE?

Como saben, para concretar una alianza política la primera condición es que las partes obtengan incentivos poderosos que hagan rentable la alianza. ¿Y qué ganan, en este caso, tanto AMLO como la CNTE?

La ganancia para López Obrador y para su partido, Morena, es no sólo la estructura y los votos del llamado magisterio disidente, sino la capacidad de movilización de la radical CNTE. En pocas palabras, la CNTE hará el trabajo sucio que requiere Morena para amenazar, amedrentar y hasta doblar políticos y gobiernos. ¿Y a cambio de qué el radical magisterio hará el trabajo sucio?

La ganancia para la CNTE serían posiciones políticas, cargos de elección popular, además de protección política y hasta el reparto de dinero público. Y es que –como también es sabido–, la reforma educativa debilitó a la CNTE hasta casi su extinción. Le arrebató la mina de oro del presupuesto educativo para Oaxaca –el IEPO–, le quitó el control corporativo de los maestros y, sobre todo, la capacidad chantajista ante el gobierno federal.

Y como es lógico, la CNTE aspira a recuperar todos sus privilegios. Y para ello requiere tirar la Reforma Educativa. Y eso es precisamente lo que le prometió AMLO a los maestros disidentes, cuando llegue a Los Pinos, en 2018. López tirará la reforma educativa y entregará la SEP a la CNTE.

Es decir, que la alianza de AMLO y los maestros radicales no sólo es para Oaxaca en junio próximo, sino que se trata de un pacto hasta 2018.

¿Y por qué la CNTE aceptó una alianza en total desventaja? Por razones elementales; por su total orfandad, y porque la mafiosa CNTE no tuvo más remedio que ceder a la persistente invitación de una alianza que le brinda un mínimo de protección con la Morena de Obrador. Sin embargo –y fiel a su cultura política–, López usará a los maestros disidentes y luego los tirará a la basura, como hizo con Cárdenas, con Marcelo, con Los Chuchos, con el PRD y con todo aquel que le sirve.

Por lo pronto, la parte medular de la alianza de Morena y la CNTE se verá en la elección de junio próximo, en Oaxaca, en donde Morena y la CNTE reventarán la alianza PAN-PRD. ¿Lo entendieron?

Sí, gracias a la alianza de AMLO con el magisterio disidente oaxaqueño –el mismo que vandaliza, que deja a millones de niños sin clases, el mismo que saquea dinero público y hasta secuestra–, el PRI tiene todo para ganar el gobierno estatal con su candidato, Alejandro Murat. ¿Será que en Oaxaca nadie sabe para quien trabaja?

Lo cierto es que a López le importa un pito la educación y el gobierno de Oaxaca. Su prioridad es que Morena llegue al segundo lugar de votación en esa entidad –con sus aliados–, para establecer una plataforma sólida en 2018.

La misma estrategia lleva a cabo en Veracruz, Tabasco, la Ciudad de México y otras entidades.

Es decir, que AMLO y Morena trabajan para que gane el PRI.

Pero lo que nadie sabe es qué pasará con el descrédito de la CNTE y los potentes negativos que le aportará a Morena y a AMLO. ¿Los calculó el mesías?

Al tiempo.

Tomado de Milenio