¿A poco nadie conocía las “amistades” del Uno más Uno?

Hace unas horas se hizo público que el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos señaló a Naim Libien Tella –vicepresidente del periódico Uno más Uno–, como cercano a Abigael González Valencia, el líder del cártel criminal de Los Cunis.

De acuerdo con el Departamento del Tesoro, desde la década de los noventa, Libien Tella habría facilitado el tráfico de drogas de lo que hoy se conoce como la banda de los Cunis.

Y aunque muchos esperan que el Departamento del Tesoro presente las evidencias que soportan esta acusación, aunque todavía falta conocer la versión de las autoridades mexicanas y aunque el propio periódico publicó en sus redes sociales que las acusaciones en su contra son falsas… resulta inevitable preguntar, ¿a poco nadie conocía estas amistades cuestionables?

Llama la atención que nadie supiera de las relaciones peligrosas de un empresario de los medios, del hombre que opera y controla un periódico como el Uno más Uno.

También resulta peculiar, por ejemplo, que durante el gobierno de Felipe Calderón, los Naim mantuvieran una relación estrecha con el entonces vocero presidencial, Max Cortázar.

Es curioso que, a pesar de que el propio Cortázar –y sus amigos– utilizaban con frecuencia el avión privado de los Libien, nada supieran de los supuestos vínculos entre su “amigo” y el crimen organizado; ¿en serio no estaba enterados?

Es igualmente curioso que en la síntesis informativa que leía el presidente Felipe Calderón, el periódico Uno más Uno apareciera entre los diarios de mayor importancia. De hecho, era uno de los primeros que leía el presidente.

Sobra decir que este privilegio se debía a la cercanía del responsable de la comunicación social de presidencia –Cortázar– y los Libien, dueños del Uno más Uno. ¿Y nadie sabía la clase de pillos son?

Si todavía faltan elementos para extrañarse, asombrarse y hasta incomodarse, basta recordar que desde hace tiempo, los Libien tienen un canal de televisión.

Actualmente, el canal 145 está en manos de esa familia y lo utilizan para difundir sus contenidos.

Es evidente que las asignaciones de televisión no se realizan de la noche a la mañana. Es igualmente claro que los canales de televisión se entregan a empresarios que cuentan con el visto bueno de la autoridad. Por eso insistimos, ¿de verdad nadie sabía de los malos pasos de Naim Libién?

Incluso existen indicios de que Naim Libien sería uno de los principales promotores de la campaña presidencial del gobernador poblano, Rafael Moreno Valle. ¿Tampoco el presidenciable panista conocía los probable vínculos criminales de su “mecenas”?

Si los Naim son una familia cercana al poder, si han mantenido relaciones estrechas con las cúpulas más selectas del Estado mexicano, si se han beneficiado de estos buenos vínculos, ¿en serio nadie sabía que trataban con un pillo?

¿Quién podría creer eso?

Por cierto, fuentes de la PGR hablan de denuncias en contra de los Libien. Se dice que esta familia utilizaría el secuestro como instrumento de venganza. Se rumora, incluso, que existirían casos abiertos en contra de miembros de esa familia.

Insistimos, ¿de veras nadie sabía?