A Duarte todo le sale mal

En pleno proceso electoral, en Veracruz llueve sobre mojado al gobernador Javier Duarte. Y si faltan pruebas, hacemos un recuento de tragedias en el último mes:

Ayer, 27 de marzo, un barco turístico –que simulaba un barco pirata–, se hundió con 40 personas abordo. No hubo heridos, pero aún así, todo el mundo vapuleó a Duarte.

Entre el 26 y 27 de marzo se encontraron los cuerpos de nueve personas en distintos puntos de la entidad. Como era de esperarse a Duarte le llovieron las críticas.

El 24 de marzo salió a la luz el caso de “Los Porkys”, cuatro jóvenes que a principios de 2015 violaron a una de sus compañeras de escuela y todo apunta a un caso más de impunidad. De acuerdo con la lógica, y sin deberla ni temerla, Duarte recibió las pedradas.

El 19 de marzo desaparecieron tres jóvenes en Papantla, supuestamente a manos de tres policías municipales, y Javier D. fue golpeado en redes sociales y medios de comunicación.

El 22 de febrero corrió el rumor de que en una cafetería de Veracruz, los ciudadanos que se encontraban en el lugar gritaron “Fuera Duarte”. No obstante, el mandatario desmintió lo ocurrido luego de haber sido duramente criticado.

El 8 de febrero un grupo armado secuestró y asesinó a la reportera Anabel Flores Salazar. Su cuerpo fue encontrado al día siguiente. A Duarte lo fustigaron en todas partes por el caso.

El 6 de febrero se informó de la demanda que la Universidad Veracruzana interpuso al gobierno del priísta por una deuda superior a los tres mil millones de pesos. El gobernador de Veracruz fue blanco de la crítica una vez más.

El 11 de enero desaparecieron a manos de policías los cinco jóvenes de Tierra Blanca. El caso sigue sin resolverse y a Duarte se le responsabiliza de los acontecimientos.

2015

El 23 de diciembre pensionados y jubilados fueron desalojados brutalmente por policías cuando protestaban por el pago de su pensión. Duarte recibió el golpe.

El 10 de noviembre dos escoltas del mandatario fueron secuestrados durante una misión oficial y posteriormente aparecieron degollados. Javier D., de nueva cuenta, fue el principal señalado.

El 31 de julio en la colonia Narvarte, en la Cd. Mex. el fotoperiodista Rubén Espinosa fue asesinado junto con cuatro personas más. Javier Duarte fue acusado de ser el autor intelectual del crimen.

El 24 de marzo Duarte se cayó con todo y niños durante un evento estudiantil. En redes sociales las reacciones no se hicieron esperar y el mandatario fue blanco de señalamientos.

El 1 de marzo la familia Yunes Linares exhibió la casa de Javier Duarte, con dirección en Phoenix, que vale cerca de un millón de dólares. Evidentemente al gobernador todos se le fueron encima, a pesar de que la casa la compró antes de ser administrador de Veracruz.

2011

En noviembre el gobernador ocultó la exhumación de 28 cadáveres hallados en fosas clandestinas. Cuando el escándalo detonó, Duarte fue juzgado duramente por la sociedad.

Es así como en La Otra Opinión cuestionamos la buena suerte del mandatario, que como ya hemos señalado, no es el peor y tampoco el culpable de todo lo que ocurre en Veracruz y con los veracruzanos; pero siempre es acusado de ser el principal responsable de las acciones de otros. Sin duda, debería aprovechar que Catemaco le queda cerca para ir a hacerse una limpia.