En un artículo publicado en la revista Indicador Político, el analista político Fernando Dworak, invita a hacer una profunda reflexión sobre el reacomodo de la élite política en las elecciones federales de 2021, las cuales se enfrentarán a dos posibles escenarios que dependerán directamente de las decisiones que se tomen el los próximos comicios electorales del 1 de julio.
En el texto, titulado “Cartas a un ciudadano de 2021” Dworak señala que independientemente de quien resulte ganador en los comicios de 2018, los partidos se tendrán que enfrentar a la coalición de Morena, ya sea como una minoría o como una mayoría en las Cámaras del Congreso.
“Un gobierno unificado le dará a un posible gobierno de López Obrador amplio margen de maniobra y discrecionalidad con ellos algunos tememos que buscará deshacer reformas en materia de equilibrios de poder y rendición de cuentas, Si Morena busca la mayoría calificada en la Cámara de Diputados en 2021, podría cooptarse un margen de voto similar en el Senado y con ellos estaría en capacidad para reformar la Constitución a su antojo”.
En 2021 habrá que defender dos temas que dependen directamente de la reforma a la Constitución. Primero, la reelección inmediata de legisladores y autoridades municipales, y segundo, el bloque a la revocación del mandato, como lo ha propuesto López Obrador, pues este derecho ciudadano cambiará la forma de hacer política e incluso dará paso al surgimiento de una nueva generación de líderes con mayor arraigo.
“Lamentablemente el propio López Obrador, es ambiguo con respecto a este derecho y mientras dice que él no buscará reelegirse aprovecha para decir de una forma vaga que está en contra de la reelección. Eliminar este derecho puede ayudar a construir una maquinaría como lo fue el PRI en sus años de hegemonía”, indica el analista.
Para el caso de la revocación del mandato, Dworak señala que la estrategia de AMLO al proponer dos consultas para quitarlo del cargo en caso de no complir con las espectaivas ciudadanas, no hará otra cosa más que legitimar su mandato, además de que se requiere de un porcentaje alto del padrón del cargo para que ningún grupo político de base abuse y un margen de votación amplio.
“El primer efecto es hacerlo estando continuamente en modo de campaña, en lugar de ver cómo toma decisiones en realidad. El segundo es que podría manipular la agenda de discusión no en la importancia de los temas sino en las excusas que ponga para no cumplirlas. Y tercero, el tabasqueño manipuló en repetidas veces a los mecanismos de consulta en su beneficio desde la Jefatura de Gobierno del entonces Distrito Federal, tomando sus resultados como vinculantes aun cuando no participó siquiera el 10 por ciento del padrón”.