CELEBRAR LA DERROTA: ELECCIÓN JUDICIAL

José Alberto Márquez Salazar

 

José Alberto Márquez Salazar

 

La arrogancia y ceguera de la mayoría de los integrantes del sistema político mexicano traerá consecuencias en el ejercicio del poder judicial y éstas las vivirán las personas que crucen los laberintos judiciales.

 

Este domingo, más de 13 millones de personas eligieron a integrantes del poder judicial, a través de un proceso inédito, cuestionado y sumamente complejo para los electores.

 

Ni siquiera muchos de los promotores de la reforma judicial en el gobierno federal tienen certeza sobre el impacto que tendrá la nueva integración del poder encargado de impartir justicia.

 

Hay quienes, desde la oposición a la Cuarta Transformación, celebran la baja participación en el proceso; otros se movilizaron en el Paseo de la Reforma para advertir que no votarían;  muchos más buscan “deslegitimar” la elección; algunos acusan el virtual “golpe de Estado”.

 

El ruido y la furia de opositores y promoventes de la elección judicial dejó a una buena parte de las persona sin los instrumentos precisos para poder acudir a sufragar y decidir a favor de los mejores perfiles.

 

El recorte de recursos al Instituto Nacional Electoral afectó la difusión, pero la institución hizo lo mejor que pudo.

 

¿Quiénes son las instituciones responsables de fomentar la participación y la cultura cívica? Los partidos y las agrupaciones políticas.

 

Algunas de ellas apostaron a boicotear y convocaron a las personas a no votar, porque no estaban de acuerdo.

 

El presidente del Partido Acción Nacional señaló, este domingo 1 de junio: “Tuvimos, como Acción Nacional muchos, más observadores de los que creen, estuvimos en muchas más casillas de las que creen, que evidentemente no les vamos a compartir, y documentamos”.

 

¿Por qué sí fueron a documentar y observar, pero no promovieron a los candidatos que no eran “oficiales”?

 

La elección de este 1 de junio tuvo graves errores, fue desaseada, con acarreos, con “acordeones” dictados en las oficinas legislativas o institucionales, pero ¿dónde estaba la oposición?

 

¿No pudieron –o no quisieron- en operación voz a voz, operación “hormiga”, promover a los mejores perfiles para competir con los candidatos del MORENA?

 

¿Por qué algunos opositores llamaron a anular el voto? Recuerdo las recriminaciones que le hicieron a Cuauhtémoc Cárdenas cuando en una elección presidencial votó por otra candidata y no por él. Si la elección se decidía por un voto ¿qué hubiera pasado?, le preguntaron.

 

Sí, dicen que el MORENA y el aparato estatal solamente lograron llevar 13 millones de votos, cuatro menos que en el ejercicio de revocación de mandato, en 2022, pero la oposición a los candidatos oficiales no trató, siquiera, de equilibrar, de dar la batalla.

 

La convocatoria para no votar fue efectiva y le ayudó a la Cuarta Transformación. Es más, prevista la baja participación, tan sólo era necesario que éstos garantizaran el apoyo a los de casa. La oposición, especialmente Acción Nacional y el Revolucionario Institucional dejaron a su suerte a las personas opositoras.

 

Sin embargo, en el claroscuro de la elección hubo personas responsables que, con el conocimiento de la elección desigual, fueron a votar; en algunos distritos, personas preocupadas organizaron la promoción, vía redes sociales, para frenar “el agandalle”; otros, organizados, trataron de documentar las irregularidades del proceso.

 

En un proceso con baja participación, el MORENA consolidó su proyecto;  qué hizo la oposición.

 

En unos días sabremos los resultados del monstruo o de la belleza que se eligió;  en unos meses o quizá años, podremos valorar si la reforma y elección judicial instaurarán un poder con mayor credibilidad y transparencia, con mayor eficacia.

 

Pero hay algo más, la reforma y la elección judicial no van a resolver los problemas de nuestro sistema mientras no haya cambios en las fiscalías. Ahí, en las fiscalías, está el gran problema que ninguna fuerza política se atreve a desmontar y reestructurar.

 

¿Cómo responderán las fiscalías a la nueva realidad tras la elección de integrantes del poder judicial?

 

¿Cómo se harán eficientes los servicios periciales y la capacidad de investigación de la fiscalía para apoyar al nuevo poder judicial?

 

Hace poco menos de veinte días, informó El País: “El periódico confirmó a través de fuentes de la Presidencia y el Congreso la existencia de un borrador del proyecto de enmienda para las fiscalías. El punto toral de la propuesta elimina la autonomía de las instituciones de procuración de justicia.” (19/05/25).

 

La presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, señaló que “No hay ninguna iniciativa” sobre las fiscalías. Sería importante que desde la Cámara de Diputados se inicien, por lo menos, foros de análisis, eso podría ayudar a los nuevos integrantes del judicial.

Acción Nacional y el Revolucionario Institucional dejaron sin apoyo a las personas y organizaciones que se oponían a las y los candidatos de la Cuarta Transformación; una oposición atomizada dejó la estrategia territorial para hacer memes, gritar, patalear y seguir igual.

 

No sé si lo notaron, pero si la coalición “Fuerza y Corazón por México” obtuvo 16.5 millones de votos en la elección del 2024, esos hubieran sido suficientes para borrar a los candidatos de la Cuarta Transformación en la elección judicial.

 

El aprendizaje es que cada llamado de MORENA a las urnas, también es una medición de la capacidad de movilización de sus líderes y de la repuesta que tiene la oposición.

 

Aún no sabemos qué resultará de la elección que vivimos ayer, pero, aunque la Cuarta Transformación dejó muchas dudas sobre el proceso y su capacidad de convocatoria, la oposición simplemente estuvo anulada por propia decisión. Volvieron a abandonar a muchas personas: “¡Disfruten lo votado o lo no votado!”