El día de ayer martes 20 de mayo, fueron acribillados, sobre Calzada de Tlalpan, la Secretaria Particular y el Asesor de la Jefa de Gobierno Capitalino, Ximena Guzmán Cuevas y José Muñoz Vega, a plena luz del día y en una avenida altamente transitada. No hay información pública respecto a los posibles motivos por los que ocurrió este suceso. Hay conjeturas sobre un posible acto realizado por alguna organización criminal.
Lo que ocurre en la Ciudad de México tiene particular resonancia en el territorio nacional y más allá.
La presencia de los cárteles y organizaciones criminales en la Ciudad de México, es un hecho; que coloca en una situación de indefensión a la sociedad en su conjunto. La violencia criminal ha alcanzado la estructura central del poder capitalino.
La pareja asesinada ha tenido presencia en diversos círculos del poder, colaboraron con gobernantes diversos en la Ciudad de México. Y, aparentemente, gozaban de la confianza de la actual Jefa de Gobierno, Clara Brugada.
Este hecho criminal rememora eventos que ponen en entredicho la seguridad en la capital de México, brevemente los realizados en contra de José Francisco Ruíz Massieu y los atentados contra el entonces Secretario de Seguridad Pública de la Ciudad de México, Omar García Harfuch y el periodista Ciro Gómez Leyva, estos dos últimos fallidos. Un colaborador del Secretario Harfuch, Milton Morales, también fue asesinado por la delincuencia en la zona metropolitana. Y claro está de tantas víctimas cotidianas y fallecidos como los de COVID 19, que pudieron haberse evitado, con decisiones de gobierno responsables.
Desde luego hay contrastes, la Ciudad de México es la mejor equipada en cuanto a infraestructura de vigilancia y seguridad de todo el país, por videocámaras y el número de policías, sin embargo, los hechos anteriores demuestran que el crimen actúa sin problema alguno.
Habrá que modificar e intensificar las acciones de seguridad que prevengan y eviten estos terribles crímenes que afectan la vida cotidiana de los capitalinos, de igual manera, aplicar la Estrategia Nacional de Seguridad Pública, que requiere mayor efectividad y mejores resultados en lo inmediato. Los ciudadanos intensificarán sus medidas de protección y seguridad.
Si bien se han modificado las acciones en contra de la delincuencia, el grado de penetración de las Organizaciones criminales en las estructuras de gobierno es sumamente grave, la impunidad que existe no solo ha prostituido la impartición de justicia, sino que tiende a empoderar a la delincuencia organizada y limita las acciones que se realizan por las fuerzas de seguridad y del orden.
LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL (IA) PARA EL DESARROLLO Y LA SEGURIDAD NACIONALES
Recientemente, en el Informe 2025, de la DEA, se han registrado tanto el diagnóstico de los grupos y organizaciones terroristas en cada entidad, en el caso de la ciudad capital del país, menciona a seis grupos: CJNG, Cartel de Sinaloa, Cartel del Noreste, la Nueva Familia Michoacana, el Cartel del Golfo, los Carteles Unidos y el Tren de Aragua. Agregaríamos los registros de la Secretaría de Seguridad de la Ciudad de México:
De acuerdo con investigaciones de la Secretaría de Seguridad Ciudadana que ha considerado al menos 14 grupos criminales relevantes operan y que podría ampliarse a mas de 60 bandas locales, como la Unión Tepito, El Cártel de Tláhuac, la Fuerza Anti Unión, Los Rodolfos, Los Molina, Los Canchola y Los Maceros, que actúan solos o en alianza con organizaciones mayores, los cárteles nacionales y cuya actividad desborda las fronteras municipales, estatales o nacionales.
Desde luego que la presencia de estas organizaciones criminales ha hecho que se perciba una gran inseguridad, que no haya certezas, que la seguridad actual sea una pérdida de la confianza misma. Que la escala de ascenso de la inseguridad nos provoca hoy día, una fatal visión del futuro. Que alcanza y golpea desde la individualidad a la nación misma, pasando por múltiples actores, factores, dimensiones y circunstancias.
El hecho criminal realizado en contra de dos servidores públicos, sin conjeturas, coloca el dolor, la impotencia, el coraje, en la primera línea; enseguida, lo que hemos hecho o dejado de hacer en la cuestión de la seguridad en todas sus vertientes.
Es así como debemos cumplir con la nación, con la responsabilidad que cada quien tiene, desde lo privado o lo público, desde el compromiso como seres humanos.
No nos distraigamos y avancemos, atendamos y resolvamos este caso, y todos los que han ocurrido, muertos y desapariciones, no nos quedemos en que disminuyen las estadísticas de homicidios o de percepción de inseguridad, pues a cada evento exitoso, vienen tres, cinco o muchos más, muertes dolorosas, feminicidios, masacres, que muestran lo contrario.
Del hecho particular debemos avanzar al diagnóstico que sigue siendo grave, tráfico, lamentable y que la autoridad competente debe atender y resolver. El poder político debe contrarrestar el poder criminal, el poder militar debe atender y resolver los antagonismos de las seguridades. El desorden, caos , violencia y confusiones son mayores cada día. Del viejo y reciente discurso del odio, que dividió, polarizó y enfrentó, entramos a un proceso de fragmentación, de ruptura y de pérdidas de intereses por el presente y futuro.
Toda muerte, marca la vida de los que se quedan. Toda muerte demanda la renovación de esfuerzos, en honor de los caídos y a favor de los sobrevivientes.
Es tiempo de quitar las mezquindades, de ampliar la mirada y la perspectiva, de cambiar lo que debe ser cambiado y de hacer lo que es necesario, para salir de la situación crítica en que nos encontramos.
Los individuos y las familias agradecerán que la autoridad les comprenda y cumpla con lo que les corresponde, son el primer respondiente.
La estabilidad, la Gobernabilidad, el proyecto nacional, el desarrollo y la seguridad nacional están en juego.