El pasado jueves 4 de julio, Claudia Sheinbaum, virtual presidenta electa de México, nombró a Mario Delgado, actual dirigente nacional de Morena, como próximo titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Y entre los cambios que impulsará el líder guinda al encabezar esta dependencia está la eliminación del examen Comipems (Comisión Metropolitana de Instituciones Públicas de Educación Media Superior), bajo el argumento de que ningún estudiante que quiera cursar la preparatoria se quede sin la oportunidad de hacerlo.
“Que se construyan las preparatorias que hagan falta (…) y que esto nos lleve a terminar con la famosa prueba del Comipems, que todas y todos los jóvenes que quieran estudiar lo puedan hacer y además su beca”, expresó Delgado aquel día.
Altos niveles de reprobación, rezago y deserción escolar, los problemas que se deben solucionar
Sin embargo, especialistas en temas educativos criticaron esta propuesta de Delgado Carrillo al advertir que desaparecer este examen no es la vía para garantizar el acceso y la calidad en la educación media superior de México; ni tampoco la ruta para solucionar los principales problemas de este nivel educativo, como son el rezago, la deserción escolar y la calidad de la enseñanza.
De acuerdo con datos de la SEP, el nivel medio superior es el que registra la mayor proporción de abandono escolar.
Por ejemplo, para el ciclo 2021-2022, la deserción en este nivel educativo alcanzó 9.2%, mientras que en primaria y secundaria fue de 0.4% y 2.5%, respectivamente.
“No es una cuestión nada más de que los espacios estén disponibles, también se trata de las preferencias de los estudiantes y de sus familias””, asegura Teresa Gutiérrez, directora de Monitoreo de Indicadores en Mexicanos Primero.
Actualmente con el examen Comipems los estudiantes pueden acceder a uno de los 487 planteles de la Ciudad de México y el Estado de México por puntaje obtenido y de acuerdo a las escuelas que hayan preseleecionado, así como la disponibilidad de estas.
Los aspirantes seleccionan 20 escuelas donde desean estudiar y suelen demandar en primer lugar alguna preparatoria de la UNAM o una vocacional del IPN.
Con base en el puntaje obtenido en el examen, la Comipems asigna el lugar donde podrá estudiar cada alumno.
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Sin embargo, Mario Delgado contempla la eliminación de esta prueba y apuesta por la creación de más planteles para que no haya estudiantes que quieran estudiar sin la posibilidad de hacerlo.
En respuesta, los expertos comentan que esta propuesta de Delgado -de construir más planteles de preparatoria- puede dar opciones de estudio, pero no evitará tampoco que los estudiantes sigan deseando ingresar a las preparatorias de la UNAM o IPN, tanto por su calidad educativa como por el pase que otorgan para la educación superior.
“Esto puede resolver el problema, sobre todo si se establecen en lugares en los que no se tengan escuelas, pero no necesariamente va a resolver el tema de la frustración de los estudiantes que no alcanzan lugares en estas escuelas que tienen mayor demanda“, apuntó Gutiérrez.
En este sentido, Patricia Ganem, vocera de Educación con Rumbo, criticó que la propuesta de eliminar el Comipems no venga acompañada de un diagnóstico del por qué tomar esta decisión y cuál es el problema que se busca resolver.
La especialista coincidió en que no es un tema de falta de espacios educativos, porque los estudiantes que presentan este examen tienen asegurado su ingreso a alguna de las escuelas que señalaron en sus opciones, aunque no siempre sea la de su preferencia. Es decir, se trata de una prueba de asignación de lugares y no de admisión.
“Me parece que todo el problema de reprobación, de rezago o deserción en media superior no tiene que ver con el ingreso”, dijo.
Las expertas reiteran que los retos en la educación media superior no son la falta de espacios educativos, sino atender los altos niveles de reprobación, el rezago y la deserción escolar, problemas para los que exigen a las futuras autoridades escolares un plan de atención.
“Hay muchos estudiantes que empiezan a cursar la educación media superior pero que, por diversas causas, ya sea económicas, académicas e incluso la lejanía de las escuelas, deciden abandonar sus estudios. Se debe atender esta parte más allá de los mecanismos de acceso”,Teresa Gutiérrez, especialista de Mexicanos Primero.
Eliminar Comipems impedirá el desarrollo de políticas educativas
Por su parte, Fernanda García, directora de Sociedad Incluyente en el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), alertó también que eliminar la prueba Comipems significaría acabar con una de las pocas herramientas que quedan en México para medir el nivel de aprendizaje de los alumnos.
Aunque la evaluación no es el principal objetivo del Comipems, su aplicación aporta información al respecto y esto es muy valioso en el contexto actual, porque las pruebas de evaluación se eliminaron.
En 2019, durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, se extinguió el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) y su función quedó a cargo de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu), pero el nuevo organismo ya no aplica evaluaciones, solo pruebas diagnósticas.
Pese a que estas pruebas permiten conocer al inicio de un curso el nivel de aprendizaje de los alumnos, no existen datos nacionales sobre cómo concluyen el grado escolar. Esta falta de información, sostiene, impide el diseño de una política educativa con base en evidencia.
“Eliminar el Comipems podría ser un paso atrás en ese sentido de tener herramientas que te permitan generar evidencia y tener un diagnóstico. Hoy, la única prueba para todo el país que se tiene estandarizada es la prueba PISA, que depende de un organismo internacional, pero México no tiene esas herramientas”, argumentó
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Por su parte, Patricia Ganem expuso que, sin el examen Comipems, el ingreso a la educación media superior podría acabar con los requisitos de calidad básica para ingresar a ese nivel.
Además, sin una prueba unificada, cada escuela podría regresar a implementar su propio examen de ingreso.
“El hecho de generar un ingreso masivo y que solamente sea, a lo mejor, por los primeros que ganan la solicitud o generar pocos requerimientos de capacidades para ingresar a un tipo de media superior, me parece que le estamos pegando ahí a la calidad educativa”, Patricia Ganem, experta de Educación con Rumbo
Con información de Expansión Política
MSA