El Partido Acción Nacional (PAN) está convertido en una olla de grillos debido a la sucesión en la dirigencia nacional, un proceso en el que tendrán una participación preponderante los factores reales de poder: los gobernadores.
Dos de las figuras que sobresalen en esta confrontación interna que se vive de manera soterrada son los gobernadores de Querétaro, Francisco Domínguez Servién, y de Yucatán, Mauricio Vila Dosal.
Ambos entregaron excelentes resultados en sus respectivos estados durante las elecciones del pasado 6 de junio, ya que lograron mantener la hegemonía de su partido al ganar casi todos los cargos de elección popular que había en disputa.
El gobernador de Querétaro terminará su mandato dentro de poco, prácticamente al mismo tiempo en que deba iniciar el proceso interno del PAN, en el que tiene contemplado participar.
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En tanto, su similar de Yucatán podría jugar sus cartas a favor de la reelección de Marko Cortés, quien aún cuenta con una importante base de apoyo pero no con la misma que le permitió llegar al cargo hace tres años.
De hecho, hay un sector del panismo que, aunque no lo dice abiertamente, por debajo pugna porque Cortés no solo no sea reelegido, sino que se adelante la elección del nuevo dirigente para “castigarlo” por los malos resultados obtenidos por el PAN a nivel nacional.
Entre panistas circula un manifiesto en el que se expone que “los resultados de la última elección, salvo excepciones, no fueron los esperados”, además de que se cuestiona la decisión de la dirigencia panista de aliarse con quienes durante mucho tiempo fueron sus principales adversarios: el PRI y el PRD.
Como aspirante a la dirigencia se destapó hace días el ex diputado federal Gerardo Priego, aunque en caso de que se registre, tendrá una participación meramente testimonial, sin posibilidad de competir contra Pancho Domínguez y Marko Cortés.
En estos días empezó a circular el nombre de otro posible aspirante, el ex gobernador de Guanajuato Miguel Márquez Márquez. Su lanzamiento al ruedo no es otra cosa que un mensaje de los ultraderechistas del PAN para decir: “estamos presentes”.
Márquez es uno de los principales líderes de El Yunque, esa organización oscurantista de ultraderecha que tiene mucha fuerza en el PAN y que está presente en la dirigencia, en el Congreso de la Unión y especialmente en el gobierno de Guanajuato.
El Yunque no puede ser ignorado. Marko Cortés pudo ser dirigente nacional en el 2018 gracias, en parte, a una alianza con este grupo, lo que llevó a que uno de sus integrantes, Héctor Larios, ocupara la secretaría general.
Se habla de que en los próximos días habrá reuniones a nivel cupular para definir los términos en que se llevará a cabo la sucesión. De estos encuentros dependerá si la renovación de la dirigencia se lleva a cabo de manera tersa o si el PAN se enfrasca en una guerra civil tipo PRD o Morena.
