#MásPoesía Hugo Gutiérrez Vega    

 

Para llegar a la ciudad

                                                A Alfonso Herrera Salcedo

La hora para llegar

debe ser la del crepúsculo,

cuando el sol toca las torres

y la iglesia hace indecisos

los contornos dorados.

El campo

en forma de millones de pájaros

invade la ciudad.

 

Tiembla el laurel

visitado por las alas,

y la tarde es un canto incesante

que sólo puede descifrar el viento.

 

Cuando la noche llega, el silencio

cortado por breves rumores

brilla en el aire tibio,

y los árboles callan.

 

Vuelan los presagios

sobre los corazones despiertos

bajo el peso del laurel.

Un algo se adivina,

y la muerte levanta su media luna

en lo alto de las torres nocturnas.

 

Tomado de la antología de Juan Domingo Argüelles: Poesía mexicana. De la época prehispánica a nuestros días.