Este fin de semana al expresidente Vicente Fox “se le fue la lengua”—otra vez—, y en una charla con medios de comunicación en el rancho San Cristóbal, en Guanajuato, el “panista” calificó a la Ley de Responsabilidades Administrativas —conocida como 3 de 3— como “otra mamada más de los que roban y quieren hacer creer a la gente que ellos son los salvadores y que van a hacer que en México ya nadie robe”.
Aunque las declaraciones de Fox resultan siempre polémicas, para algunos el tema de la transparencia y la rendición de cuentas no es ninguna “mamada”. Por el contrario, la corrupción y la falta de transparencia son algunos de los problemas más graves que enfrenta el país.
Asimismo, Fox también se dio tiempo para jactarse de que él fue el primer funcionario en hacer pública su declaración patrimonial. Pero entonces, algunos se preguntan ¿Dónde quedó su compromiso con la transparencia? ¿Acaso sólo utilizó la rendición de cuentas cuando era políticamente redituable para promover su imagen? ¿Por qué ahora —desde la cómoda posición del retiro— critica los esfuerzos por el combate a la corrupción?
Por si fuera poco, Fox también mencionó que la 3 de 3 es una ley “pinche”, además de que “cualquiera se la salta”, y ejemplificó con la declaración presentada hace unos días por Andrés Manuel López Obrador. No obstante, ante los cuestionamientos respecto a si él presentará su propia declaración, el señor Fox sólo dijo estar dispuesto a hacerlo, pero añadió despectivamente: “para lo que sirva”. ¿Olvida Fox que la ley 3 de 3 es una invitación a la honestidad y a la transparencia? ¿Por qué él mismo no acepta la invitación? El expresidente se limitó a decir que vive de su pensión y afirmó que incluso tiene “la cartera vencida” y dificultades para pagar su tarjeta de crédito.
Fox arremetió contra Andrés Manuel López Obrador —a quien calificó como “mañoso”, “baboso”, “obsesivo” y un “aliado de la CNTE”— por plantear el tema de la suspensión de las pensiones para ex presidentes. Sin embargo, cayó en mismo autoritarismo que el personaje a quien critica al pedir que sea un “zar anticorrupción, un verdadero cabrón”, quien “dotado con garrote” verifique las declaraciones patrimoniales de los funcionarios públicos y lleve a los funcionarios corruptos “al tambo”.