Las 10 del “verano caliente”, el punto de partida de la democracia

Este miércoles se cumplieron 30 años del “verano caliente” de 1986. Es decir, del fraude electoral en la elección de gobernador de Chihuahua.

Como probablemente recuerde, el 19 de septiembre de 1985 –el mismo día que el terremoto–, el entonces gobernador Óscar Ornelas renunció –o fue renunciado– al cargo.

La caída de Ornelas fue el inicio de una jornada de inestabilidad que se extendió hasta el 6 de julio del año siguiente, cuando el candidato del PRI –Fernando Baeza– habría superado con 169 mil votos al abanderado del PAN, Francisco Barrio.

Barrio, quien ganó la alcaldía de Ciudad Juárez en 1983 –año en que Luis H. Álvarez también se convirtió en alcalde de Chihuahua–; aseguró que el PRI gobierno le robó la elección y comenzó una de las jornadas de protesta social más grandes en la historia reciente del país.

Al final del día, el resultado electoral no cambió. El priista Fernando Baeza tomó protesta como gobernador y Francisco Barrio se convirtió en el primer gobernador panista en Chihuahua hasta 1992.

Pero, ¿quiénes hicieron posible el “fraude patriótico”? ¿en qué consistió el “verano caliente”?

  1. Las movilizaciones sociales. Como ya se dijo, los movimientos en Chihuahua atrajeron las miradas del mundo entero. No sólo por su tamaño sino por la diversidad de actores que sumaron. En ese momento, el PAN logró mover conciencias sedientas de una alternancia en el poder.
  2. La alternancia. En 1986, Chihuahua se convirtió en un laboratorio de la alternancia. Fue la primera vez que el PAN tuvo posibilidades reales de ganar un gobierno estatal. Fue la primera vez que la gente se aglomeró en las calles para exigir que se respetara el resultado de las urnas. Fue la antesala de los movimientos de 1988 que, una década después, echaron al PRI del poder.
  3. La interlocución del PAN. A partir de Chihuahua –y después en 1988–, el PAN asumió una postura de negociación con el PRI gobierno. Esta capacidad de negociar y no de obstruir –como hizo la izquierda–, fue la que llevó al PAN a los Pinos en el año 2000.
  4. La empresa. Las Organizaciones empresariales se sumaron a la denuncia del fraude en la elección de 1986. Los empresarios señalaron a Manuel Bartlett, quien era secretario de Gobernación, como el artífice del triunfo de Fernando Baeza. Entre los empresarios que apoyaron al PAN destacaron Francisco Villarreal y Jorge Cruz Russek, éste último presidente del Centro Empresarial de Chihuahua, filial de la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) y de otro importante grupo de la iniciativa privada.
  5. Manuel Bartlett. En 1986, Manuel Bartlett era secretario de Gobernación y se le acusa de ser el operador del “Fraude Patriótico”. Bartlett negó a la anulación del proceso electoral, una anulación que exigieron los intelectuales más reconocidos, entre ellos Carlos Monsiváis, Enrique Krauze y Héctor Aguilar Camín. En su momento, Bartlett justificó la operación electoral porque el PRI no podía entregarle el poder a la reacción panista.
  6. La iglesia católica. Adalberto Almeida y Merino era el arzobispo de Chihuahua. El sacerdote salió a las calles con el grito de  “sufragio efectivo, no reelección”. Una semana después de las elecciones, el 13 de julio, Almeida ordenó cerrar los templos de Chihuahua y la cancelación de las misas de ese domingo. Sin embargo, el delegado apostólico del Vaticano, Girolamo Prigione, anuló la orden del arzobispo.
  7. Luis H. Álvarez. El entonces alcalde de Chihuahua encabezó una huelga de hambre para exigir que se respetara la voluntad popular. A raíz de estos hechos, Don Luis se convirtió en una figura con influencia en todo el país. Fue así que Luis H. Álvarez asumió un liderazgo moral en el PAN y se convirtió, además, en uno de los principales negociadores de su partido.
  8. La inseguridad. Llama la atención que ocho años después del “fraude patriótico”, Chihuahua se convirtió en uno de los estados más inseguros del país. A partir de 1994, la crisis de violencia –sobre todo las llamadas muertas de Juárez–, convirtieron a una sociedad contestataria y aguerrida en un pueblo con miedo.
  9. El regreso del PRI. Después de que Francisco Barrio se convirtió en gobernador, en 1998 tuvo que entregar el estado a un político priista. Desde entonces –y hasta el 5 de junio de este año–, en Chihuahua sólo gobernó el PRI.
  10. El PAN en la otra cara de la moneda. Finalmente, hoy día, el PAN parece vivir en un mundo opuesto al de 1986. Hoy, los panistas que denunciaron el dedazo, la opacidad y los excesos son los mismos que echan mano de esas prácticas.