Bajo el nuevo Contrato Colectivo de Trabajo de Petróleos Mexicanos (Pemex) pactado con su sindicato, los trabajadores que cumplan con ciertos estándares de peso recibirán un “incentivo para la salud” de 5,545.40 pesos al año.
Para calificar, deben tener un Índice de Masa Corporal, o IMC, de no más de 25, o una circunferencia máxima de cintura de 90 centímetros para hombres y 80 centímetros para mujeres. El llamado “bono de salud” sufrió un aumento de 4.6 por ciento desde el último contrato sindical.
La política va en contra de las recomendaciones de los expertos en salud, quienes advierten que el IMC y otros marcadores biométricos están influenciados por factores genéticos y ambientales, en consecuencia no son fáciles de controlar.
“Los empleadores que exigen un tratamiento diferencial de las personas basado en el IMC ayudan a institucionalizar la estigmatización ya generalizada de las personas obesas”, detalló un informe de Obese Society en Maryland.
Los trabajadores de Pemex que tienen sobrepeso u obesidad, y disminuyan su peso en un 10 por ciento anual, también recibirán la bonificación. Aunque también existen métricas para los niveles de glucosa en sangre, presión arterial y colesterol.