De acuerdo con un el informe presentado en la reunión anual del Fondo Monetario Internacional (FMI), este 2016 se espera que el Producto Interno Bruto (PIB) mundial crezca 3.1 por ciento, una décima menos que hace un año. Además, se contempla que la economía más poderosa del mundo —la de Estados Unidos— crezca sólo 1.6 por ciento —seis décimas menos de lo esperado—.
Sin embargo, las dificultades de la economía global —que desde la crisis de 2008 no se ha recuperado al ritmo deseado— no son la única preocupación del FMI.
El organismo también advierte de la posibilidad de que este contexto aliente discursos populistas como el de Donald Trump en Estados Unidos, o el de los impulsores del Brexit en Gran Bretaña. En ambos casos, los políticos emplean una retórica populista: se aporovechan del resentimiento de las golpeadas clases medias de los países desarrollados hacia la mano de obra barata de países tercermundistas y encumbran propuestas que buscan restringir la inmigración y los tratados comerciales.
La preocupación del FMI es que la restricción al comercio que proponen discursos como el de Trump o el Brexit termine por “retrasar el reloj en cuanto al comercio”, y prolongar el abatimiento de la economía.
Pero, ¿Por qué tanto temor al populismo? ¿De verdad es tan peligroso?
En una columna publicada en El país, Francisco Martín Moreno hace referencia al chavismo en Venezuela, al castrismo en Cuba y al lopezobradorismo en México. Advierte que estos gobiernos populistas —o propuestas, en el caso de López Obrador— se caracterizan por prometer al pueblo cosas imposibles —sobre todo en materia económica—. Moreno menciona que el riesgo consiste en que se empleen medidas demagógicas para tratar de paliar las crisis, que finalmente, los países se endeuden y caigan en crisis económicas
Si bien existen varias acepciones del término “populismo”, para caracterizar a estos regímenes, Moreno retoma al periodista Henry Louis Mencken, quien definió al político populista como “aquella persona que predica ideas que sabe falsas entre personas que sabe idiotas”. Con esto, no solo pone el acento sobre quienes prometen, sino también sobre aquellos que les creen.
Por ello, vale la pena preguntarse: ¿No debería la sociedad mexicana tomar en cuenta la advertencia del Fondo Monetario Internacional?
Sin duda, en 2018 la ciudadanía deberá ejercer su voto de manera informada y razonada a fin de evitar caer en los peligros del populismo.
