El Tren Maya, al igual que todas las megaobras faraónicas inservibles del presidente Andrés Manuel López Obrador, está envuelto en la polémica ya que no cuenta con los permisos de construcción requeridos, ni los estudios sobre cómo impactarán en el medio ambiente.
Prueba de ello, es la deforestación y los daños al medio ambiente que está provocando el Tren Maya en la Península de Yucatán.
Pese a que ambientalistas y organizaciones civiles han advertido sobre los riesgos que implica la construcción de esta megaconstrucción el mandatario tabasqueño ha minimizado estos señalamientos.
En ese sentido, aseguró que en el proceso de construcción se tenía contemplado un proceso de reforestación para mitigar los impactos ambientales, así como la creación de reservas naturales.
“Primero, estamos sembrando como nunca árboles en toda la ruta del Tren Maya: 200 mil hectáreas de árboles. (…) La brecha que se está abriendo para un tramo de 50 kilómetros es el equivalente a 100 hectáreas y estamos sembrando 200 mil (hectáreas)”, declaró en marzo de 2022.
Sin embargo, se dio a conocer que la Oficina de la Presidencia de la República y el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) no tienen información de dónde se ubican las 200 mil hectáreas de terreno que AMLO prometió que serían reforestadas.
Dependencias de gobierno no saben dónde están hectáreas reforestadas
Para ello, el portal Animal Político realizó diversas solicitudes de transparencia, en las que pidió a estas dependencias de gobierno la información que sustente lo dicho por López Obrador sobre estos terrenos que serían reforestados.
Sin embargo, les señalaron que no tenían información acerca de la localización de las hectáreas que serían reforestadas.
La Oficina de la Presidencia señaló que “no es competente” para atender la solicitud del portal Animal Político, y refirió que el sujeto obligado “que pudiera contar con la información” es el Fonatur, dependencia federal encargada de la obra y la correspondiente de determinar los mecanismos para la conservación y preservación del patrimonio natural, cultural, el equilibrio ecológico (…) y generar nuevos proyectos turísticos en condiciones de competitividad, productividad, integridad y de preservación.
Por ello, se envió la misma solicitud de información al Fonatur, pero esta dependencia también dijo que no contaba con la información de dónde se encuentran las miles de hectáreas que ya se estarían reforestando, ni las que resultaron afectadas por esta megaobra.
“Después de realizar una búsqueda exhaustiva en los archivos de todas las áreas de la Dirección de Desarrollo, y de acuerdo con lo informado por dichas áreas, no se encontró información respecto de cualquier prueba documental que indique la ubicación de las 100 hectáreas que se impactarán con el proyecto del Tren Maya, así como las especies arbóreas que se proyecta resultarán afectadas”, contestó.
La dependencia agregó que tampoco encontró “prueba documental que indique la ubicación de las 200 mil hectáreas que ya se están reforestando, ni se cuenta con información o documento con las características citadas que sirva para dar respuesta a lo solicitado”.
Ante las respuestas negativas, este medio hizo también una búsqueda en los comunicados del Fonatur para tratar de localizar la información de las 200 mil hectáreas que señaló el presidente.
Pero en dicha búsqueda solo se halló información aislada de algunas fases del proyecto ferroviario.
Con información de Animal Político
MSA
