¿En dónde están todos aquellos que en el 68 defendieron a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) de los ataques del entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz?
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Ahora que la Máxima Casa de Estudios está nuevamente bajo ataque de un presidente de la República; esos defensores de antaño se esfumaron porque el agresor de ahora dice ser de “izquierda”.
¿Y los que defendieron a la UNAM en el 68?
Dos de los principales líderes del movimiento del 68, Pablo Gómez y Salvador Martínez della Rocca, “El Pino”; orbitan en torno al proyecto político del presidente Andrés Manuel López Obrador, que tiene bajo ataque a la UNAM.
Ambos han sido legisladores en varias ocasiones bajo la tutela política de López Obrador. Además, “El Pino” fue jefe delegacional en Tlalpan y secretario de Educación del Distrito Federal durante el Gobierno de Marcelo Ebrard.
“El Pino” también participó en el movimiento del CEU que propició la huelga estudiantil de 1986; un conflicto que fue semillero político de gente como Claudia Sheinbaum, la actual jefa de Gobierno de la Ciudad de México.
¿En dónde está Ifigenia Martínez, que en septiembre de 1968 protestó enérgicamente contra la ocupación militar de Ciudad Universitaria ordenada por Díaz Ordaz?
Actualmente Ifigenia es senadora de la República por Morena; gracias al dedo de López Obrador.
¿En dónde está Elena Poniatowska, que a partir de su libro La Noche de Tlatelolco lleva varias décadas reivindicando el movimiento del 68 y repudiando los ataques de Díaz Ordaz a la UNAM y a los estudiantes en general?
Poniatowska es la intelectual favorita del presidente.
¿En dónde está Paco Ignacio Taibo II que, aunque no participó en el movimiento del 68, también lleva años escribiendo sobre el tema y repudiando la represión de Díaz Ordaz?
Paco Ignacio tiene un hueso en la 4T como titular del Fondo de Cultura Económica.
Las agresiones de Díaz Ordaz a la UNAM y al resto de instituciones educativas del país fue grave y ha sido recordada año con año por varios de los que en su momento sufrieron la represión; pero que ahora, cuando el agresor es López Obrador, han guardado un silencio sepulcral.
JC
