¿Volverán a fracasar las alianzas PAN-PRD?

Las experiencias de Oaxaca y Puebla nos dejan ver que los gobiernos de alianza suelen ser bastante parecidos a las administraciones fallidas del PRI.

En Oaxaca, la indolencia del gobernador Gabino Cué –quien llegó al cargo en 2010, apoyado por el PAN y el PRD–, entregó el estado a mafias como la CNTE.

Mientras que en Puebla, el gobernador Rafael Moreno Valle –también candidato en 2010 de una alianza entre el PAN y el PRD–, exhibió su talante autoritario y recordó por qué es indispensable que exista un balance de poderes y que los gobernadores tengan el contrapeso de los partidos políticos.

Curiosamente, a pesar de las malas experiencias en Oaxaca y Puebla –y de lo ocurrido en Chiapas años atrás, con gobiernos fallidos en manos de candidatos apoyados por todos los partidos de oposición–, este domingo cinco de junio, volvieron a ganar tres candidatos de alianza.

En Veracruz, Quintana Roo y Durango, los candidatos del PAN-PRD arrebataron el gobierno al PRI. De hecho, en las tres entidades, los aspirantes de alianza llevaron la alternancia a sus estados.

A la vista de estos resultados –y con el precedente de Oaxaca y Puebla–, no está de más preguntar, ¿estas alianzas sí van a funcionar? ¿estos acuerdos sí se convertirán en proyectos de gobierno conjunto? ¿ahora sí harán lo que les toca? ¿o será que los partidos de oposición volverán a demostrar que lo suyo es la lucha del poder por el poder?

Por cierto, a propósito de las alianzas. No sobra recordar que antes del domingo, el perredismo parecía desplomarse en caída libre. Sin embargo, gracias a las alianzas con el PAN, los amarillos pueden presumir tres victorias en las urnas.

¿Y alguien recuerda quién fue el responsable de pactar estas alianzas? En efecto, el señor Agustín Basave, quien recibió a un partido en pedazos y entregó –aunque en alianza– tres triunfos electorales.