JUSTICIA, 500 AÑOS DESPUÉS

Hombres, mujeres y niños que, arriesgando su vida, dejan todo atrás para huir de una situación insostenible o salvar su vida

Todos los días somos testigos del drama de la migración.  Hombres, mujeres y niños que, arriesgando su vida, dejan todo atrás para huir de una situación insostenible o salvar su vida. Personas desesperadas, con pocas pertenencias, cruzan fronteras en busca de un futuro mejor o simplemente, de un futuro.
Este drama, desafortunadamente, no es nuevo ni exclusivo de nuestros tiempos. Hace más de 500 años, los Reyes Católicos, con el propósito de unir su reino bajo una sola fe, firmaron en Granada el decreto de expulsión de los judíos el 31 de marzo de 1492; dando a los judíos sefardíes* apenas unos meses (a finales del mes de julio) para abandonar los territorios de las Coronas de Castilla y Aragón.
Portugal tomaría medidas similares un lustro después, cuando los Reyes Católicos, incluyen dentro de las condiciones del matrimonio de su hija con el heredero al trono, una cláusula que exige la conversión o expulsión de los judíos de Portugal, donde muchos se habían refugiado tras la expulsión de España.
Los sefardíes se vieron forzados a emigrar a Turquía (entonces el Imperio Otomano, donde fueron muy bien recibidos por el sultán Bayaceto II) otros a Marruecos, Italia o los Países Bajos. Años mas tarde, algunos emigraron al “Nuevo Mundo”.
En México, al inicio de la Colonia, los conversos se distribuyeron por todo el país en ciudades como Monterrey, Puebla, Oaxaca, Pachuca, Acapulco, Guadalajara, Los Altos de Jalisco, Mérida y Zacatecas. Dado que fueron obligados a convertirse a la nueva religión (aunque algunos mantuvieron en secreto sus tradiciones, también llamados cripto-judíos) muchas personas en nuestro país (como era el caso de mi familia) desconocen su origen sefardí.
El decreto de Granada causo mucho daño y dolor a muchas familias que tuvieron que vender sus pertenencias, dejar todo lo que era conocido, dejar su fe, para salvar la vida. Por ello, en 2015, tanto España como Portugal emitieron leyes en las que otorgaban sus respectivas nacionalidades a los descendientes de los judíos sefardíes.
De acuerdo con Valentina Sierraalta, del despacho de abogados expertos en temas de nacionalidad con sede en España, Trois & Law “Es una ley que hace una reparación histórica. Lo que pretendía esta ley es resarcir el daño de estas personas que hubiesen sido expulsadas de España o de Portugal de 1492 a 1497. Lo que busca esta ley es otorgarle la nacionalidad a toda aquella persona que logre demostrar que en su línea de ascendencia  tiene un origen judío sefardí ya que fue a este grupo de personas que les fue vulnerado el derecho de tener esa nacionalidad tras la expulsión de los Reyes Católicos en España y del Rey Manuel en Portugal”. 
En España la ley tenía una vigencia de tres años, por lo que ya finalizó. Sin embargo, los descendientes extranjeros adultos de judíos sefardíes pueden solicitar la nacionalidad portuguesa de conformidad con el Decreto Ley nº30-A/2015, de 27 de febrero 2015.
El proceso para obtener la nacionalidad no es sencillo. De acuerdo con Valentina Sierraalta, primero es necesario estudiar el perfil del solicitante para ver si es apto o no para este procedimiento.
“Estudiamos la linea genealógica del interesado con genealogistas e historiadores y posteriormente hay que ir cumpliendo con todas las formalidades pertinentes. Nosotros solicitamos a cada persona su árbol genealógico y con nuestro equipo de genealogistas e historiadores procedemos con la investigación para ver si logramos identificar un origen judío sefardí que sea probable y que cumpla con los requisitos establecidos por la Comunidad Judía de Portugal”.
Una vez que ese estudio resulta positivo se procede a elaborar el informe genealógico y se presenta ante la Comunidad Judía de Portugal quienes revisan dicho informe y emiten un certificado. Una vez que se obtiene el certificado, se realiza la aplicación ante el Registro Central de Portugal, la autoridad gubernamental que estudia el perfil del solicitante, revisa que no haya antecedentes penales y si todo está en orden emite la nacionalidad portuguesa. 
Cuando pregunto respecto a la duración del trámite, Sierraalta comenta que generalmente los temas de extranjería se demoran más de lo que establece la ley. “El proceso toma aproximadamente de tres años. El preestudio se demora aproximadamente dos meses y después la elaboración de estudio genealógico un mes más. La obtención del Certificado por parte de la comunidad Judía es de 6 a 10 meses y en el Registro Central, la respuesta es de un año a un año y medio”.
El obtener la nacionalidad portuguesa tiene diversos beneficios, no es necesario renunciar a la nacionalidad mexicana, por lo que es un trámite que vale la pena realizar, siempre de la mano de profesionales expertos que conozcan el proceso y puedan llevarlo adecuadamente para obtener un resultado positivo.
Si bien recordamos al año de 1492 como el año en que se “descubrióAmérica, también es una fecha triste que obligó a los judíos sefardíes a abandonarlo todo para salvar su vida.

Buen domingo a todos y gracias por leerme.

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*La palabra sefardíes proviene de la palabra Sefarad que en hebero significa “Península ibérica” de ahí el termino sefardíes que se usaba para referirse a los judíos que vivían ahí antes de la expulsión.