Armas blancas y complicidad oficial, la ruta del crimen organizado en la campal en el estadio Corregidora

Conforme pasan las horas se va revelando más información, como las armas blancas y complicidad oficial, la ruta del crimen organizado en la campal en el estadio La Corregidora

Armas blancas y complicidad oficial, la ruta del crimen organizado en la campal en el estadio Corregidora
Foto: Cuartoscuro

Armas blancas y complicidad oficial, la ruta del crimen organizado en la campal en el estadio La Corregidora de Querétaro.

Un presunto líder huachicolero grabó con su teléfono la riña que se suscitó en el estadio La Corregidora. Incluso, agentes de inteligencia criminal de Querétaro aseguran que se trata del “Gordo”, un conocido huachicolero en cuyo perfil hay registro de su fanatismo por el equipo local de futbol.

De acuerdo con EMEEQUIS, dicha pista llevó a los agentes a conocer que uno de los jefes del “Gordo” estaba entre los barristas queretanos: “El Beto”, otro líder huachicolero y de mayor jerarquía, quien había llegado al estadio acompañado por un grupo de jóvenes ya investigados por ser presuntos ladrones de combustible disfrazados de fanáticos de los Gallos Blancos.

Para el domingo 6 de marzo, los agentes de la Fiscalía queretana ya tenían un breve informe que alertaba sobre los riesgos de las barras contrarias a los Gallos Blancos: las del Atlético San Luis, del León y del Atlas, especialmente la Barra 51: la investigación local señala tendría en sus filas a presuntos integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación ligados al hoy detenido Salvador R., “El Rex”, líder huachicolero enfrentado a muerte con “El Beto” y “El Gordo”.

Tomando como base esta información, los agentes investigadores abrieron lo que hasta la mañana de este lunes aún es una línea de investigación, es decir, una posible explicación a la violencia que impactó al país: que detrás de una supuesta rivalidad futbolera está el crimen organizado.

Sobre la complicidad oficial, se ha denunciado el presunto apoyo institucional que recibieron los barristas blanquiazules: los administradores del Estadio Corregidora contrataron un puñado de uniformados de la empresa de seguridad privada G.E.S.K9, que a su vez fueron reclutados sin tener experiencia y con la promesa de pagarles 300 pesos por el evento.

Dichos uniformados fueron grabados por aficionados abriendo las puertas que mantenían separadas a las barras rivales y hasta a uno de ellos golpeando con un cinturón a un hombre con una playera del Atlas, según se observa en un video que circula en redes sociales.

Asimismo, tanto policías de seguridad privada como pública habrían permitido el acceso de armas blancas y objetos contundentes a los barristas de Querétaro y despojaron hasta de encendedores a los barristas rojinegros para impedirles defenderse de una agresión orquestada.

Testimonios de personas que se encuentran hospitalizadas detallan que los atacantes cargaban con cadenas enrolladas en tubos, bates con clavos, fileros de hasta 20 centímetros y radiocomunicadores, cuya ingreso al estadio sólo puede explicarse bajo el supuesto de una colaboración institucional.

Por otro lado, el hecho de que las víctimas fueran despojadas de sus carteras y luego abandonadas semidesnudas en los pasillos del estadio es un modus operandi típico de los integrantes de un cártel, quienes no sólo buscan maximizar la humillación del rival, sino entorpecer el trabajo de las autoridades para conocer la identidad de las personas asesinadas o moribundas.

Conforme pasan las horas se va revelando más información, como las armas blancas y complicidad oficial, la ruta del crimen organizado en la campal en el estadio La Corregidora.

Con información de EMEEQUIS

JZ