Impeachment a Dilma

Este fin de semana, miles de personas –de las principales ciudades de Brasil–, salieron a las calles para exigir la destitución de la presidenta Dilma Rousseff, quien actualmente enfrenta un proceso de “impeachment” en el Congreso brasileño.

Como seguramente sabe, la mandataria ha sido acusada de alterar las cuentas públicas con fines personales. Es decir, violar las leyes fiscales del país y manipular las finanzas públicas para lograr su reelección.

Además, a Rousseff también se le culpa de la crisis económica que atraviesa Brasil. Una crisis que de acuerdo con los pronósticos más favorables, durará dos años.

Y para rematar, el nombre de Dilma se vio involucrado en el escándalo de Petrobras.

Por todo lo anterior, la presidenta de Brasil enfrenta una severa caída en su popularidad. De hecho hay encuestas que sugieren que sólo cuenta con el apoyo del 10 por ciento del total de la población.

A pesar de las circunstancias, la manifestación más recientes tuvo menos afluencia que las realizadas en meses anteriores.

Eso sí, en esta ocasión, los manifestantes se distinguieron por vestir de amarillo y verde, así como de llevar pancartas con el lema “impeachment”; término que se puede traducir como moción de censura, impugnación, juicio político o acusación pública. Es decir, un juicio para expulsar del cargo a Dilma.

Para muchos, la crisis político-económica que ocurre en Brasil tiene su origen en tres puntos clave:

Uno. el desfalco millonario en Petrobras que se dio a conocer en abril de 2014.

Dos. La elección presidencial ocurrida en octubre del mismo año. Y…

Tres. La respuesta de la oposición inconforme con los resultados de la reelección de Rousseff.

Por lo pronto, el próximo miércoles, el Supremo Tribunal Federal de Brasil continuará con el proceso de juicio.

En respuesta, la presidenta de Brasil –quien por cierto cumplió hoy 68 años de edad– dice ser víctima de “un golpe”. Todo esto ocurre a sólo 11 meses de haber comenzado su segundo mandato.