Homan Square expuesto: cómo la policía de Chicago “desapareció” a 7 mil personas.

El siguiente texto es una traducción libre del reportaje “Homan Square revealed: how Chicago police ‘disappeared’ 7,000 people”, realizado por el periodista Spencer Ackerman. El texto original puede encontrarse en este enlace.


 

La policía “desapareció” a más de 7 mil personas en una bodega de interrogatorios no registrada en Chicago, cifra que es casi el doble de detenidos que se reveló anteriormente, revela The Guardian.

Según registros internos de la policía, de agosto de 2004 a junio de 2015, casi seis mil de los retenidos en las instalaciones fueron negros, lo que representa más del doble de la proporción de la población de la ciudad. Pero sólo a 68 de esos retenidos se les permitió contactar a abogados o emitir un anuncio público de su localización.

Las revelaciones –que resultan de una solicitud en curso de transparencia hecha por The Guardian y de una investigación– proporcionan el retrato más detallado y completo hasta ahora sobre Homan Square, unas instalaciones confidenciales que la policía de Chicago ha descrito como algo más que una oficina de narcóticos de bajo nivel en la que –dice el alcalde– la policía “sigue todas las reglas”.

Las descripciones dadas por la policía contrastran agudamente con las dadas por los detenidos de Homan Square y con las de sus abogados, quienes insisten que “si le pasa a uno, le puede pasar a cualquiera”. Por ejemplo, José, un hombre de 30 años, fue uno de los pocos detenidos que tuvo un abogado presente al momento de entregarse a la policía. Él afirmó que los oficiales de la bodega lo interrogaron aún después de que su abogado les dijo específicamente que no hablaría.

“The Fillmore and Homan boys”, dijo José, refiriéndose a la policía y a las instalaciones que “no acatan las reglas”.

De acuerdo con datos revelados a The Guardian a finales de septiembre, la policía permitió la entrada de abogados a Homan Square en sólo 0.94% de los 7 mil 185 arrestos registrados en casi 11 años. Dicho porcentaje coincide con una amplia práctica de la policía de Chicago de proporcionar un mínimo acceso a los abogados durante la primera y crucial etapa de interrogatorios, cuando los derechos constitucionales de un arrestado son más vulnerables.

Pero Homan Square no es como otras estaciones distritales de policía, afirman abogados –que la describen como un “juego de encontrar a tu cliente”– y expertos que revisaron los datos de la última porción de registros sobre detenciones obtenida por The Guardian.

“Pocas cosas me sorprenden en este negocio –asesinato de bebés, violaciones, lo he visto todo”, dijo David Gaeger, un abogado cuyo cliente fue llevado a Homan Square en 2011, luego de ser arrestado por posesión de mariguana. “Ese lugar daba y sigue dando miedo. Es un lugar aterrador. No hay nada que parezca una estación de policía. Lo sacaron de una película de James Bond o algo parecido”.

Las unidades de narcóticos y antibandas que operan para Homan Square, ubicada en el lado oeste de Chicago, llevan a los detenidos de toda la ciudad a esas instalaciones. Datos policiales obtenidos por The Guardian y comparados contra los cuadrantes de la ciudad muestran que 53% de los arrestos conocidos provienen de un radio de 2.5 millas de distancia de la bodega. No se tiene registros actuales de la presencia de detenidos en Homan Square.

Tampoco existe ningún registro escrito en Homan Square, como lo confirmó bajo juramento un investigador de la policía a finales de septiembre, con lo que se evita que parientes o abogados logren encontrar a alguien que fue llevado ahí.

“La realidad es que nadie sabe dónde está una persona cuando lo llevan a Homan Square”, dijo Craig Futterman, un profesor de la Escuela de Leyes de la Universidad de Chicago. “Se hallan desaparecidos en ese punto”.

Un portavoz de la policía de Chicago no respondió a una serie de preguntas para este artículo, incluyendo por qué el departamento ha duplicado sus publicaciones iniciales de arrestos sin dar explicaciones sobre el retraso. “Si los abogados tienen un cliente detenido en Homan Square, así como en cualquier otra instalación, se les permite hablar con ellos y a visitarlos”, la policía sostuvo en febrero.

Los números son difíciles de creer

Veintidós personas han dicho a The Guardian que la policía de Chicago los mantuvo en Homan Square por horas e, incluso, días. Ellos describieron la presión de los oficiales para obligarlos a convertirse en informantes, y todos salvo dos –ambos, blancos– han dicho que la policía se negó a permitirles llamar a sus familiares o abogados para hacerles conocer su paradero.

Sus declaraciones apuntan a violaciones de las normas policiacas, que establecen que la policía debe “completar el proceso de registro” sin importar el interés por interrogar a un sospechoso y debe, además, “permitir a los arrestados realizar un número razonable de llamadas a abogados, miembros de la familia o amigos”; usualmente, dentro de la primera hora de la detención. La revelación más reciente de datos de Homan Square proporciona la escala detrás de las declaraciones: las tendencias demográficas dentro de los 7 mil 185 arrestos ahora son mucho más vastas que las reportadas por The Guardian en agosto pasado, luego de que se inició la solicitud de transparencia –pero son consistentemente desproporcionados en términos de raza y acceso constitucional a asesoría legal.

  • 82.2% de los detenidos en Homan Square fueron negros. Sólo el 32.9% de la población de Chicago pertenece a esta raza.
  • 11.8% de los detenidos en Homan Square eran hispanos. 28.9% de la población de Chicago pertenece a este grupo.
  • 5.5% de los detenidos eran blancos. El 31.7% de la población de Chicago pertenece a este grupo.
  • De las 68 personas que, según la policía de Chicago, tuvieron acceso a asesoría legal en Homan Square, 45% eran negros, 26% hispanos y 26% blancos.

“La operación de una enorme bodega de ladrillo rojo entre dos de las áreas más propensas al crimen en la ciudad de Chicago, equipada con luces de alta intensidad, cámaras y alambre de púas… esta ala casi paramilitar del gobierno que hemos creado…. yo diría que la gente que vive en los alrededores sabe cuál es el objetivo que cumple principalmente”, dijo el abogado Gaeger. “La estadísticas demográficas que la rodean hablan por sí solas”.

A pesar de la falta de registro y el mínimo acceso de los abogados a Homan Square, no se trata de un lugar para detener o interrogar a los criminales más violentos de Chicago. Cargos de posesión de drogas fueron detectados en 5 mil 386 de los arrestos de Homan Square; es decir, 74.9% de los casos. La heroína estuvo presente en 35.4% de ellos, con la mariguana en segundo lugar, con 22.3%.

El uso de las instalaciones se ha intensificado en años recientes. Casi 65% de los arrestos documentados de Homan Square –desde agosto de 2004– tuvo lugar en los cinco años desde que Rahm Emanuel, otrora consejero de primer nivel de Barack Obama, se convirtió en alcalde. (The Guardian ha llenado una solicitud de transparencia (FOIA) enviada a la oficina de Emanuel para descubrir el tamaño del involucramiento del alcalde en Homan Square.)

Las 68 visitas de abogados documentadas son, en realidad, un poco mayores — hablando en términos estadísticos– que el mínimo acceso legal que la policía de Chicago proporciona a los sospechosos en custodia durante las etapas iniciales de su arresto. En 2014, el total registrado en estaciones de policía de la ciudad fue de 0.3%, de acuerdo con First Defense Legal Aid. En valor nominal, el índice de visita de abogados a Homan Square, según los documentos recién publicados, fue de 0.9% en casi 11 años.

Pero esos documentos no cuentan la historia completa de Homan Square. La policía de Chicago no ha publicado ninguna cifra sobre las personas que fueron detenidas en Homan Square y liberadas sin recibir cargos. Tampoco ha dado información sobre detenciones o arrestos antes de 2004, alegando que sería pesada su producción, dado que no hay archivos digitales (Chicago compró la bodega en 1995.)

“Es difícil creer que 7 mil 185 arrestos es un número preciso de arrestados en Homan Square”, dijo Futterman. “Incluso si fuera verdad que menos del 1% de los arrestados de Homan tuvo acceso a asesoría legal, esto sería una aberración”.

Abogados de Chicago dicen que no son echados de las oficinas policiacas distritales, como sí lo son de Homan Square. La bodega también es única en su tipo por no generar registros públicos de las detenciones hechas ahí, permitiendo a la policía ocultar efectivamente a los detenidos de sus abogados.

“Intenta hallar un número telefónico de Homan para buscar a alguien ahí. No puedes. Nunca”, dijo Gaeger. “Si trabajas bajo el supuesto de que tu cliente está en Homan, no hay mucho que puedas hacer. Se te niega el acceso. Está vigiliada como una instalación militar”.

La dificultad que los abogados tienen en encontrar números telefónicos de Homan Square se equipara con las dificultades que los arrestados tienen en realizar llamadas al mundo externo. Futterman afirmó que la falta de acceso telefónico en Homan Square es un problema crítico.

“No se les da acceso a teléfonos –y el Departamento de Policía de Chicago (CPD, por sus siglas en inglés) lo ha admitido– hasta que llegan al encierro –pero no hay encierro en Homan Square”, dijo. “¿Cómo llamas a un abogado? No es telepatía”.

“Con frecuencia”, continuó Futterman, “los prisioneros son registrados en un sistema central hasta que son procesados –lo cual no ocurre en Hoam Square”. Las autoridades deberían comenzar el proceso inmediatamente, bajo las normas del CPD, y en Homan Square la realidad que es que eso no sucede o sucede esporádicamente y con inconsistencia, lo que lleva a un juego de ‘ve y encuentra a tu cliente’”.

Además, algunos de los detenidos que, según la policía de Chicago, recibieron la visita de sus abogados en Homan Square discuten las versiones o dicen que el acceso que se les dio fue superficial.

La policía refiere que en mayo de 2007, cuando se llevaron a una mujer –llamada Chevoughn por The Guardian– a Homan Square por acusaciones de robo, se permitió al abogado verla. Chevoughn lo niega.

“Estuve ahí un largo rato; quizá ocho o diez horas”, dijo Chevoughn, que recuerda haber estado “petrificada”; en particular, cuando un policía la interrogaba en lo que llama una “caja”.

“Acudí a Harrison an Kedzie”, dijo Chevoughn, refiriéndose a las calles donde se ubica el registro central. “Fue ahí donde dormí. Fue donde tomaron mis huellas y todas esas cosas. Ahí fue adonde llegó mi abogado”.

La policía arrestó a otro hombre –a quien The Guardian se referirá como Anthony– en 2006, acusado de propiciar un incendio de basura, y fue llevado a Homan Square. La policía lo identificó como uno de los detenidos que recibió a su abogado. Pero él dice lo contrario. “Es falso”.

Al abogado Rajeev Bajaj se le permitió el acceso a Homan Square para entrevistarse con uno de sus clientes en 2006. La policía detuvo por una hora a Bajaj antes de poder entrar, y cuando finalmente lo logró vio “la naturaleza reservada”  de los oficiales y fiscales. “Cuando llegué, había dos fiscales interrogando, sabiendo por completo que yo estaba ahí para ver a mi cliente”, dijo Bajaj. “Cuando entré, se retiraron con seriedad, actuando como si no hubieran estado hablando con él (el cliente). Es típico de la policía de Chicago, típico de Homan Square, típico de la oficina de fiscales de County Cook”.

“Aplastan a la gente. Eso es lo que hacen”.

José, un hombre de 30 años cuyo apellido The Guardian aceptó no publicar, no tuvo oportunidad de contactar a su abogado en Homan Square. Está entre las 19 personas identificadas entre los 7 mil 185 arrestados que se entregaron a la policía en la bodega –y cuyo acceso a un abogado terminó ahí.

Según documentos de la Corte y de la policía sobre el caso, un informante anónimo dijo a los oficiales que un hombre apodado “Chuie” le vendió mariguana en el lugar donde José vivía. (No sólo la orden de registro no mencionaba a José, sino que describía a un hombre más alto) La policía se presentó con violencia en su casa en febrero de 2013. Las armas, en la mano. José no estaba en casa. Pero sí su esposa y su hija de diez años, así como la amiga de ésta, que estaba de visita para trabajar en un proyecto escolar.

La policía se llevó una cantidad sustancial de mariguana y cerca de 10 mil dólares en efectivo, según José. El reporte del arresto notificó efectivo por 4 mil 670 dólares. José dijo que nunca recuperó su dinero.

Luego de recibir consejo legal, José y su abogado, Nick Albukerk, viajaron a Homan Square el mes siguiente. Albukerk dijo que advirtió a los oficiales que José invocaba sus derechos contra autoincriminación y no debía interrogársele. Pero el abogado no pudo entrar a Homan Square y su cliente fue llevado adentro y aislado en un cuarto.

El reporte policiaco dice que eran las 10pm. José tomó un Xanax para sus nervios. Empezó a cabecear, hasta que oyó unos golpes en la puerta y una demanda para que se levantara. “¿Vas a ayudarte?”, José recuerda que le dijo el oficial. “¿Qué quieres decir con ‘ayudarme’?”, “¿vas a hablar conmigo?”, “Nah, mi abogado estaba ahí. Pudiste haberlo dicho frente a él. Conozco mis derechos”. No intentaba escuchar. Sólo hablaba por hablar, como diciendo “Oh, crees que eres muy inteligente”, y otras cosas.

“Eso es lo que hacen. Atrapan a gente que no conoce sus derechos”, José siguió. “Quizá fue así como llegaron a mí y a mí casa. Quizá alguien habló y me delataron. Todo lo que sabían era que yo vivía ahí”.

“Aplastan a alguien y, entonces, van y atrapan a otro. Eso es lo que hacen”.