El primer año de Trump, no fue el infierno

Cuando llegó el 20 de enero de 2017 pensábamos entrar al infierno.

En la víspera, el tipo de cambio interbancario había llegado a un máximo de 22.04 pesos por dólar. Pero lo peor era que en algunos escenarios no se descartaba que hubiera en 2017 cotizaciones hasta de 25 pesos.

Y, eso no era todo.

Se temía que una salida abrupta de Estados Unidos del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLCAN) pudiera producir una crisis económica de grandes proporciones en México. Había quien visualizaba una caída del PIB de 2.0 a 3.0 por ciento en 2017.

Aún más, se esperaba también que, días después de que Trump llegara a la Casa Blanca, tuviéramos una deportación masiva de indocumentados que generara una gran crisis social en México.

También pensábamos que veríamos muy pronto la construcción del muro, que fue una de las consignas más usuales de su campaña y que ilustraba el deseo de cerrar las fronteras estadounidenses.

Hoy se cumplen los primeros 365 días de Trump en la Casa Blanca y la realidad ha sido diferente.

Sí, ayer por la mañana tuvimos que atestiguar una lluvia de tuits que vuelven a mostrar al sujeto pendenciero que es el presidente de Estados Unidos.

Pero, las reiteradas amenazas de salir del TLCAN y hacernos pagar la construcción de su célebre muro, ya no encuentran eco en los mercados financieros.

Vaya, ni siquiera el ruido político que ayer se produjo con las respuestas emitidas desde México a los dichos de Trump causaron mayor inquietud.

Eso significa que mucha de la gente mejor informada en ambos países sabe que en las amenazas hay mucho de retórica y poco de realidad.

Y, en contraste, reciben más credibilidad las revelaciones que hizo The Washington Post respecto a las consideraciones del Chief of the Staff de la Casa Blanca, el general John Kelly, en el sentido de que México no habrá de pagar el muro.

Sí, tuvimos zozobra varias ocasiones en los pasados 365 días; sí, se generó un ambiente de miedo entre los indocumentados mexicanos; sí, el Ejecutivo norteamericano se ha cansado de insultarnos.

No es bueno que pase todo eso, pero ni remotamente es el infierno que imaginábamos hace un año.

En la era Trump el dólar se abarató en 15 por ciento; las exportaciones de México a Estados Unidos tuvieron su mejor año en la historia; las remesas enviadas por los mexicanos alcanzaron su mejor nivel. Las deportaciones son menos que en la era de Obama. No se fue del TLCAN, sino que hay negociaciones en curso.

Pese a ello, no podemos subestimar los riesgos que México enfrenta mientras en la Casa Blanca esté un personaje con las características de Trump.

Haber salvado este año no fue obra del azar. Fue producto del esfuerzo deliberado de personajes en el gobierno y en el sector privado del país.

Personajes como Luis Videgaray –pese a las críticas que haya tenido– se echaron a cuestas la tarea de salvar el desafío que significa Trump; lo mismo pasó con las cúpulas empresariales, que se organizaron como nunca y operaron con determinación y eficiencia.

Sin personajes como Juan Pablo Castañón Moisés Kalach, quizá la historia hoy fuera diferente… para mal.

Hoy, el reto es lo que viene. Haber salvado 2017 no es suficiente.

Si se afloja el paso, dentro de un año pudiéramos estar reseñando lo que ocurrió en el infierno en el que caímos.